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Entrópica: Fina excitación experimental

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Ambulante 2024

Su nombre real es Francisca Bascuñán, sin embargo se anuncia como Entrópica al subir a escena debido a que la suya es música “que siempre se va modificando; se trata de nunca repetirse en el tiempo”, según la misma artista refiere. Con prácticamente diez años de carrera y un puñado de EP´s detrás, la chilena trae entre manos Sigma, un álbum editado finamente que refleja su estatura a la hora de manufacturar de entramados sonoros tan excitantes para los sesos como para los pies.

TXT:: Alejandro González Castillo

“Pop, electrónica, un poco rap, guitarras del lado del funk; aunque me encantaría meter más elementos del rock también”, así define Entrópica la música que procura hoy día. La artista se queda corta. Evita hablar de los espacios que nacen de la oscuridad cuando sus compases se expanden; habitaciones espaciosas donde la luminosidad varía conforme los latidos ganan emoción. “¡Es que de eso se trata!”, exclama emocionada al escuchar esa palabra, excitación; “porque si se pierde la excitación es una lata”, acepta.

La compositora halló la pulsión artística cuando descubrió, precisamente, que le excitaba la búsqueda de sonoridades poco convencionales, todo mientras hacía daba sus primeros pasos como compositora. Cazadora de rarezas sónicas, siendo adolescente se hizo de un porta estudio de cuatro tracks y grababa ritmos dando portazos o sacudiendo la joyería de su madre. Desde entonces entendía que los convencionalismos no le venían bien, que lo suyo era buscar alternativas. “A mí siempre me gustó eso, la experimentación; sacar sonidos de instrumentos no necesariamente formales”, recuerda.  

Y hacía allá fue para jamás regresar a derroteros vulgares. Sigma (M&E, 2021) lo ejemplifica cabalmente. “Pienso que me gusta hacia dónde ha evolucionado la música de Entrópica”, acepta su artífice minutos antes de presentarse en directo, sentada en una periquera frente al escenario, en Guadalajara; “y aunque todavía faltan muchas cosas por desarrollar en mi cabeza, trato de no repetir mañanas, prefiero buscar caminos inéditos. Finalmente mi música no tiene los grandes acordes; en realidad se trata de escuchar un sonido y decir: ah, esto jamás lo había oído antes”.  

Sobre abrir brecha por rutas riesgosas, la chilena piensa que “es complicado tomar esta postura porque la gente regularmente elige escuchar una y otra vez lo que le gusta; pero complacer así significaría para mí no crecer como artista”. En ese rol, Entrópica se identifica con figuras como Björk, “o yendo del lado más pop está Beyonce, o incluso en otro punto se halla Juan Molina, quien tiene canciones muy pop con mucho de experimental”. Francisca sabe de lo que habla cuando se refiere a ceder ante la convención, aunque sin extraviar su tan bien cuidada personalidad. Escuchar “Plug“, “Fantasma” o “Paisaje abisal“, por citar unos cuantos temas incluidos en Sigma, ayudan a asentir.

“Soy más del mundo de la producción, del diseño sonoro. Por eso cuando llega la hora se hacer una letra me es difícil exponerme, ¿ya? Busco la forma de hacerlo, pero sin sentirme incómoda. Eso es lo difícil para mí”. La también productora habla así del mundo de las letras. Y prosigue. “Más que nada cuando estoy haciendo la música pienso: mh, esto parece que se está direccionando hacia tal lugar. Y entonces comienzo a escribir, me voy desahogando al hablar de cosas que me duelen y también de otras que me gustan o apasionan. Es bueno limpiar la cabeza y plasmar lo que traes en algo concreto como una canción para así entenderlo mejor”.

Entrópica planea visitar México por tercera ocasión el próximo 2023. Su puesta en escena motiva al movimiento, a una suerte de sofisticada liberación que nace de computadoras, secuencias y guitarras. “Se trata de un show dinámico a partir de lo electrónico”, comenta la creadora; “y trato de adaptarme a las circunstancias con tal de presentarme. Así debe ser, de lo contrario nunca hubiera salido de Chile”. Sus actuaciones en Primavera Sound (España), SXSW y LAMC (EU) avalan lo dicho y, de paso, certifican que los oídos visionarios llevan rato señalando a la chilena como una promesa a punto de dar su paso más contundente.  

Así que sabremos más de Entrópica muy pronto. La mujer tiene la mira bien fijada en el futuro y día a día afila sus armas: “la experiencia y la metodología digital”, como ella misma señala. Herramientas con las que invita a la pista de baile buscando estimular ideas, abstracciones que muten en formas que definan lo incierto, aclarando panoramas con la firme intensión de jamás rendirse, por rudo que luzca el camino.  “Parte de ser un buen artista significa jamás ponerte a llorar en posición fetal, sino salir adelante, a como dé lugar”, remata Francisca. Y luego se va sonriendo, lista para bañarse con la luz de los reflectores bajo las órdenes del beat.  

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Alejandro González Castillo

Alejandro González Castillo

Periodista, y escritor también (porque parece que no es lo mismo). Cruza párrafos con compases. Le gustan las olas, leer y chelear chachareando; además de escuchar discos dejando salir el humo por los ojos.

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