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Orange Blossom: pláticas con sirenas borrachas desde un puerto imaginario

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Orange Blossom: pláticas con sirenas borrachas desde un puerto imaginario
Ambulante 2024

Nunca suelo restarle importancia al misterio dentro del mundo del arte y especialmente como parte inherente a la música… lo que es más, le agrega una carga importante; es por ello que incursioné en el cuarto álbum de Orange Blossom sabiendo únicamente que era un grupo francés procedente de Nantes. Al darle play surgió la voz de una mujer cantando en árabe y con el soporte de sintetizadores… ese hechizo inicial se llama “Dounia”.

TXT:: Juan Carlos Hidalgo

El título del disco es muy sugerente Spells From The Drunken Sirens… posee una belleza mitológica y el encanto que sean esas damas marinas las que estén bajo el influjo del alcohol, ya que su papel era emborrachar con su hermoso canto a la tripulación de los barcos que se les acercaban durante la era de los griegos.

En la portada aparece una mujer que semeja una catrina que se dedica a la quiromancia, pero con elementos sobre la mesa que parecen proceder de un altar santero en el que La Virgen de Guadalupe alterna con la Catrina de José Guadalupe Posada y la Santa Muerte… toda una yuxtaposición de elementos religiosos y místicos.

Y mientras tanto transcurre “Khalik”, como una melodía tabernera propia de un puerto y un recinto de rompe y rasga… pronto me enteré que la cantante es una egipcia de nombre Hend Ahmed Hassan, y además que en Orange Blossom milita el mexicano Carlos Robles Arenas, un baterista y percusionista que ha mantenido a flote al proyecto aún con la entrada y salida de varios músicos.

Nos encontramos ante una obra que ciertamente entra en lo que se da por llamar world music y en la que el violín de PJ Chabot ocupa un sitio destacado en una urdimbre en la que hay música árabe contemporánea junto a sonoridades turcas, senegalesas y cubanas, según ha explicado Carlos Robles, pero lo mejor es cuando aparecen los riffs rockeros y la potencia electrónica… he ahí las virtudes de “Alsira” y “Mawj”.

Orange Blossom, que se traduce como Azahar, suele incluir canto en persa, árabe, portugués más inglés y francés; lo que le agrega atractivo a una mixtura atrayente que es poco contemplativa… esos elementos de misterio la alejan del relajamiento y la acercan a historias de sentimientos encontrados y que tienen que ver con los hombres que vienen del mar y se marchan al amanecer.

Esos pespuntes de triphop y rock progresivo son buenos condimentos para completar el sabor de esas charlas con sirenas borrachas y que se hacen pasar por meretrices en la taberna de algún puerto inventado…  es así el influjo al escuchar “Bad Company” y “Meu Amor Se Foi”.

Escuchar Spells From The Drunken Sirens me hace acordar de los mejores momentos de la egipcia, radicada en Países Bajos, Natacha Atlas, pero también de los Midival Punditz en algunos pasajes. Se nota que a sus miembros -especialmente a Carlos Robles– les apasionan los viajes y el estudio de diversas culturas y sus secretos musicales.

Orange Blossom despide un perfume sonoro exótico y seductor… algo que no se encuentra todos los días; el misterio preserva su encanto… jamás le resten importancia.

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Juan Carlos Hidalgo

Juan Carlos Hidalgo

Embajador de Tuzolandia por el mundo. Su novela más reciente es 'Ya no más canciones de amor' (Ed. Gato Blanco). En Marvin, coordina las colecciones 'Rock para leer' y 'Tinta sonora'. Forma parte de la Red de Periodistas Musicales de Iberoamérica (REDPEM). Su libro más reciente se titula 'Una ópera egipcia', poemario a partir de un álbum de Los Planetas.

Auditorio BB