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Steven Wilson: “Los músicos ya no son relevantes, todo gira alrededor del vocalista”

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Ambulante 2024

Steven Wilson se conecta al Zoom y la primera imagen recibida por quien esto escribe provoca pasmo. Detrás de él hay una pared, de unos cinco metros de ancho, tal vez más, cubierta de piso a techo con vinilos. El asombro es grande, no es frecuente toparse con un músico que, al mismo tiempo, sea un coleccionista. “Oh sí ⎯dice con la seguridad de quien considera esto normal⎯, hay dos paredes más como esta en casa. Es una colección de hace muchos años”. Seguro, pienso, por eso su música reciente ha dado un vuelco de 180 grados y pasado del rock progresivo y la fusión, a una colección de canciones teñidas de pop y electrónica titulada The harmony codex.

FOT:: Hajo Mueller

El guitarrista-compositor estrena la continuación estilística de The future bites, misma que nace, nos dice, de “una historia corta que publiqué en un libro (Limited edition of one) que hice el año pasado. Básicamente el texto era autobiográfico, pero quise terminarlo con una pieza de ficción y The harmony codex es una narración de ciencia ficción distópica. Las dos cosas, libro y álbum, se fueron desarrollando al mismo tiempo  y decidí basar mucha de la música y las letras en  esta historia”.

El tono de su disco anterior era apocalíptico, mientras el reciente es esperanzador, como si creyera nuevamente en la humanidad: “Tienes razón, el último álbum estaba mirando al futuro y a los efectos negativos de las redes sociales. Que éste sea más positivo tiene que ver con algo más personal. Hace tres años me casé y ahora tengo dos hijastros de 10 y 12 años de edad, los estoy viendo crecer en este mundo de las redes sociales y sí, encontré más cosas acerca de las cuales ser positivo en los pequeños aspectos de mi vida.  Estoy empezando a entender que ésta es un viaje donde lo importante no es tratar de llegar. Digo esto porque cuando eres más joven tienes ambiciones, sueños, metas, cosas que imaginas alcanzar y a las que, en ocasiones, la vida te enseña, no puedes llegar. Pero el viaje, la lucha, el proceso es lo importante al final del día, las cosas inesperadas que se te presentan y esto está muy claro en el The harmony codex”.

La premisa diaria con la cual trabaja Steven Wilson es el cambio. Sus más recientes trabajos así lo manifiestan. Los tiempos complicados, de cambios de ritmo, largos tracks, paradas intempestivas y pasajes virtuosos ya no están presentes. ¿Qué significa el cambio para quien ha trasladado a sonido 5.1 obras clásicas de King Crimson, Gentle Giant, Tears For Fears o XTC y les ha dado una nueva dimensión? 

“Siempre he sido una persona a la que le gusta tratar cosas diferentes de álbum a álbum y también mi curiosidad por trabajar con diferentes colaboradores. La vida es corta y creo que la tienes que llenar con la mayoría de experiencias que te sea posible. Me aburro fácilmente, no quiero hacer lo mismo dos veces. Para mí ser músico significa cambio, confrontar a tu audiencia, algunas veces decepcionándolos cuando no le das lo que esperaba, y eso viene mucho de la clase de artistas que admiro, gente como David Bowie, Nick Cave, Frank Zappa, Kate Bush, Peter Gabriel y también cineastas, la clase de personas que siempre evolucionan constantemente”.

¿Es difícil –le pregunto- pasar de un género a otro, o le es difícil a la gente entender los cambios de los artistas? “Para un artista no es difícil cambiar, pero sí lo es cambiar la percepción de su público. Ahora es muy normal que un músico o cineasta vaya de un género al otro, no creo que sea malo si eres curioso, pero lo que es muy difícil de hacer es persuadir a tus fans de acompañarte en ese viaje y por eso es que admiro a esa gente de la que ya te hablé hace un momento, la que cambia constantemente y mantiene a su audiencia escuchando. En 2023 esto es aún más complicado porque hay que captar la atención de la gente en 15 segundos”.

Además de mudar de estilo, Wilson también gusta de buscar colaboradores nuevos, como es el caso de Jack Dangers (Meat Beat Manifesto) y Sam Fogarino (Interpol). “Para mí –dice– eso es lo que significa experimentar, permitirte sorprenderte, salir de la zona de confort. The harmony… se desarrolló con esta idea porque al hacerse en cuarentena yo no podía controlar todo; me permití mandar tracks sin saber qué recibiría, pero al mismo tiempo permitiéndome abrirme a diferentes enfoques. Y esa es tal vez una de las razones por las que el álbum suena así, más abierto, llevando a la música en direcciones donde no lo esperaba”.

El tiempo de la entrevista es corto, cada vez las discográficas lo hacen más breve, no sé si a pedido del músico o para abarcar más en menos tiempo y así gastar menos. Así que mi último disparo para el guitarrista-compositor-productor es: ¿qué piensa de una industria musical que diariamente niega o no da el reconocimiento justo a sus principales protagonistas, los músicos?

“Son duros estos tiempos porque toda la música gira alrededor del cantante. Cuando crecí, recuerdo que había solos de guitarra en grandes canciones pop, había intros, instrumentales interesantes y ahora los músicos no son relevantes, todo es acerca del vocalista y eso es muy triste. No tienes que ser fan de mi música para entender cuánto amo y valoro la musicalidad de los individuos. Ahora grandes músicos no pueden conseguir trabajo, es una vergüenza”, concluye.

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David Cortés

David Cortés

Escritor, periodista, melómano, escucha insaciable de rock mexicano y del mundo. Tiene la sospecha de que detrás de una buena canción, libro o película, siempre hay una historia de amor.

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