Escritor, periodista, melómano, escucha insaciable de rock mexicano y del mundo. Tiene la sospecha de que detrás de una buena canción, libro o película, siempre hay una historia de amor.
Su fuerza y expresividad significan un caudal nacido apaciblemente que, conforme avanza, se convierte en un incontenible rápido, presto a avasallar lo que encuentre a su paso.
Ha tocado en bandas de rock, garage y shoegaze. Hoy está decidida a “trabajar en mi sonido en los terrenos de la improvisación, la poesía y el performance”. Conócela.
He aquí, una charla con esta fémina que nos cuenta no sólo de cómo llegó a la música electrónica; también de la mujer latinoamericana en los ochenta y los problemas enfrentados para crear.
Se anuncia un ciclo de conciertos en el Teatro Lola Cueto donde se aludirá a un "estado de concentración absoluta, casi de trance", según el mismo Albert advierte.