La cellista argentina Cecilia Quinteros, famosa por su participación en agrupaciones alternativas como La Corporación, Yaz y Sallú, y que ha hollado lo mismo los terrenos del jazz, la improvisación libre y la colaboración interdisciplinaria, especialmente con la danza, entrega su primera placa solista, una suite dividida en siete movimientos que apertura con un cello pendular, un drone que se mueve sobre una capa ondulante de sonidos electrónicos (“Narel 1”) y de tono enigmático.
Narel (Edición de autor, 2023) es una obra signada por el misterio, de tonos tristes, lúgubres, de composiciones por momentos muy intensas (“Narel 2”) y en donde el cello es la estrella, pues incluso aquello que se escucha de electrónica “son esos mismos cellos procesados de distintas formas”. Hay cortes de naturaleza cinemática (“Narel 3”), otros en donde campea la experimentación (“Narel 4”), los menos en donde domina una lúgubre tristeza (“Narel 6”) y cuyo impetuoso cierre es el corte más largo (“Narel 7”), un vaivén de cuerdas que crea una pared de sonidos tristes de resonancias espirales porque es como si debajo de éste se corrieran los créditos de un filme.
Un trabajo ideal para introducirse en la vasta obra de esta cellista radicada en Buenos Aires que no obstante su abstracción y densidad, despliega una energía ante la cual es difícil no caer seducido.
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