Daniel Carter y Federico Ughi han tocado juntos más de dos décadas con diferentes ensambles, pero la mayor parte del tiempo a dúo. En marzo de 2023, ambos se encontraron con la contrabajista Adriana Camacho en la Residencia Internacional SOF (Sounds of Freedom) y “después de pasar un mes tocando juntos del amanecer al crepúsculo, entraron a un estudio en Roma para celebrar el encuentro y el nuevo ensamble internacional”.
El álbum Trabajadores de energía (577 Records, 2023) es el resultado de esa sesión. En “Oltre la Montagna, Il Mare”, el corte que abre el registro, Carter tiende unas líneas que huelen a noche, soledad, tristeza, abandono; durante casi cuatro minutos Camacho (contrabajo) y Ughi (batería) lo secundan en el tejido de esa atmósfera bucólica. Cuando el reloj llega a la cifra indicada, no es que se abandone la exploración de ese sentimiento/sensación, aunque el contrabajo sí marque un pequeño, pero advertible, giro que lleva a la sección rítmica a dinamizarse un poco.
Carter pasa al piano y la edificación de ese sentimiento cambia ligeramente; el bajo se torna más profundo, Ughi toca relajado, pero el todo se orienta a la exploración. Camacho y su contrabajo cósmico toca resonantes notas y Ughi, detrás de ella, lo hace por las laterales de su instrumento y ello le permite a Carter llevarse la trompeta a los labios y hundirse aún más en la penumbra y hacernos mirar de cerca la belleza porque el trío, en pleno, sin llegar a la explosión, despliega intensidad en ese marco de aparente contención.
Carter abre el siguiente corte (“Amanecer”) con el alto y ese tono lánguido se convierte en un lamento, más un recuerdo que pérdida, y Camacho lo refuerza con el arco de su contrabajo mientras Ughi golpea aquí y allá con cierta parsimonia. A pesar de ser la primera vez que estos tres tocan, hay acoplamiento. Aquí el contrabajo de Camacho se escucha verdaderamente cósmico y al llegar al primer tercio del corte, Ughi borda un ritmo casi bailable; aunque el sax lo contiene y el contra pasa a tomar un rol más contemplativo.
Todo se despliega lentamente, cual si cada uno de ellos se desperezara, sin duda algo que debieron vivir durante su estancia en el SOF y que en ese corte queda expresado cabalmente. Aunque cerca del final es el amanecer total el que impera, el alumbramiento de la luz y con ella la llegada de un nuevo día, brillante, como esperamos sea la vida de este ensamble.
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