Quien pudiera pensar en la losa que representa para una banda un segundo disco impresionante y una canción maravillosa; en la historia de Silversun Pickups siempre han tratado de llegar al nivel de Carnavas (2006) y de “Lazy Eye”, pero no lo han conseguido. ¡Y vaya que lo han intentado! Van ya en su séptimo álbum.
TXT:: Juan Carlos Hidalgo
Pero en el arte, la perseverancia y la fe en la propuesta suelen rendir buenos frutos y ahora tenemos delante a un Physical Thrills en el que se han potenciado, además de lucir toda su capacidad como instrumentistas. A ellos la pandemia -y las pérdidas, como no- les propiciaron el momento adecuado para componer poniendo las entrañas por delante.
Ante estas 14 canciones hay que considerar otros dos aspectos relevantes -además de ese salto cualitativo en la ejecución-; por una parte, que convencieron al legendario Butch Vig para que se encargara de la producción -y su trabajo es poderoso-, además de que borraron cualquier comparación con los Smashing Pumpkins, un fantasma que los ha perseguido.
Siempre han reverenciado a My Bloody Valentine, pero ahora parece que se imbuyeron de sonidos en la línea de Radiohead, pero ya con una personalidad propia más consolidada, y ello se nota desde el corte inicial, que tiene pasajes de calma antes de la llegada del estallido.
Y después vendrán dos de las bazas más fuertes de esta entrega; “Sticks and Stones”, va más en la línea del corpus de Tom Yorke y compañía -especialmente por la guitarra, mientras que “Hereafter (Way After)” es muy representativa de la pandemia, tal como lo cuenta Brian Aubert, el líder de la banda: “Se trata del estira y afloja de todas las cosas por las que estás pasando, y en las que tienes tanto tiempo para pensar; el mundo y las cosas buenas de él, las cosas oscuras de él”.
En “Scared Together” -uno de los sencillos de adelanto- mostraron que habían encontrado un sonido nuevo sin perder fuerza guitarrera y además consiguieron acelerar rítmicamente como nunca antes; luego vendrá el otro sencillo anticipado, “Alone on a Hill”, que abre con un piano para que luego aparezca la voz aterciopelada de la bajista Nikki Monninger, que también se encarga de cantar en “Dream at Tempo 050” y hacer muchos coros.
Hay que ponerlo en perspectiva… si los Silversun Pickups no hubieran insistido con un séptimo álbum nos hubiéramos perdido una estupenda colección de canciones y un salto casi hasta el nivel de su disco más laureado.
El problema es que el tiempo no perdona y habrá que desear que la gente les brinde una nueva oportunidad. Aquí hay indie rock del más macizo… Physical Thrills (New Machine Recordings, 2022) es un recomienzo atascado de una nueva energía.
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