En el universo musical de Guille Milkyway -quien es La Casa Azul-se impone ese torrente verbal que le gusta soltar en las canciones y que es abrumador; está ocasión no es la excepción y nos deja ir: “Tiene que haber algún lugar/ Algún reducto/ Algún océano vital/ Éste ya no es mi mundo/ Es un puto snow crash terminal”.
TXT:: Juan Carlos Hidalgo
Y lo mejor es que suele colocar todo ese alud de frases y palabras que no son usuales en el pop rodeadas de sintetizadores retrofuturistas, melodías esplendentes y cientos de referencias a canciones del pasado o figuras de leyenda que marcaron la historia. En “No hay” futuro hay una parte que es toda Daft Punk, pero también una evocación a lo que hizo Giorgio Moroder para Donna Summer.
Pero a la vez, todo es tan La Casa Azul que no se puede pedir más; Guille Milkyway reitera que es de esos artistas que parece que estuvieran haciendo una y otra vez la misma obra, pero que encuentran en los matices y las pequeñas variantes la diferencia y el punto de atracción.
“No hay futuro” lleva toda la pátina del músico y productor, que plantea la posibilidad de esperar el colapso mientras la fiesta se hace eterna y todo el mundo baila en los segundos previos al último estallido… no hay futuro.
Si tomamos también en cuenta “Entra en mi vida” -el sencillo anterior- el próximo disco tiene ya dos fogonazos tremendos y lo que falta; mientras eso sucede igualmente se unió a Soleá Morente para tributar a Raffaella Carrà en “No pensar en ti” que también quedó estupenda.
Pues no es sencillo cuestionarlo… “No hay futuro”, pero mientras tanto La Casa Azul hace que lo pasemos formidable.
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