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Julia Holter: “Lo importante es capturar sentimientos y volverles sonido”

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Ambulante 2024

Qué esperar de alguien que al acercarse a la música considera los sismos que el acto creador provoca en las entrañas y por eso alista prevenciones verbales. Qué esperar de una mujer que para asirse en medio de las sacudidas recurre a la fluidez, la noche y la sensualidad, que mantiene el equilibrio pensando en la desviaciones de las vías neuronales, en la exploración de las resonancias dentro del cuerpo. Qué esperar de un disco titulado Something in the room she moves. ¿Qué esperar de Julia Holter?

En casa, en Los Ángeles, Julia Holter dice preferir los días nublados, aunque acepta que ha notado que cuando pasa demasiado tiempo en lugares llenos de nubes empieza a extrañar el sol. Se ha estrenado como madre recientemente y el hecho tuvo repercusiones artísticas, por supuesto, algunas de ellas decantadas en el mencionado Something in the room she moves, su sexto álbum al hilo. Aunque hay más que eso. “Cuando estaba embarazada tenía esta sensación de vivir un proceso de transformación. Ya sabes, de pronto había una persona dentro de mí, de la nada éramos dos en el mismo cuerpo”, cuenta la artista sin sobresaltos, como si del clima angelino hablase.  

La nueva colección de tracks de Holter hallaron inspiración “en la capacidad de transformación de las criaturas y en cómo esta maleabilidad se combina con nuestra capacidad de amar. Quería que todo sonara muy líquido”. Las consecuencias del reto se encuentran en una decena de composiciones donde Chris Speed, Tashi Wada y Dev Hoff compartieron el estudio de grabación, codo a codo, con Julia, quien se las arregló para aprovechar lo aprendido en sus movimientos previos, avezados estos; la creación de la banda sonora del filme Never rarely sometimes always y la interpretación de una partitura en directo, The passion of Joan of Arc, con el Chorus of Opera North. Por su lado, la inquietante portada de la obra es producto del trazo de Christina Quarles, una vieja amiga de la de Feel you“. 

Curioso es saber que el título del disco que aquí nos ocupa tenga su raíz en un tema de The Beatles y que haya sido Peter Jackson quien resaltara ante Holter que, sí, los procesos creativos tienen una raigambre litúrgica, sagrada, espiritual, honda; aunque al tiempo el director le recordó a la californiana que existen prolongados lapsos de sinsentido, carentes de dirección. En ocasiones todo de pronto sucede, en medio del caos, y hay que mantener el equilibrio, así nada más, con lo que quepa en la cabeza y el tórax. En medio del terremoto, se trata de permitir, como Julia sugiere sin activar jamás la cámara, que tenga lugar lo dicho: la desviación de las vías neuronales, favoreciendo de tal modo la exploración de las resonancias dentro del cuerpo. Vaya invitación. ¿Pues qué clase de consideraciones se podían esperar de una plática con Julia Holter?

Así que viste el documental Get back, de Peter Jackson. 

Cuando se anunció que saldría muchos vivían una etapa depresiva. Estábamos en plena pandemia, pero de pronto llegó este trabajo que muestra muchos detalles de un proceso creativo en especial, entre un grupo de artistas que trabaja duro, confrontando personalidades. En todo este contexto, para mí fue positivo verlo.

¿Te encontraste reflejada como creadora?

Sí, claro. Estamos hablando de una banda gigantesca, y fue increíble verle de pronto allí, sin tener claro qué hacer, experimentando, aprovechando los recursos que tenía a la mano, que eran muy básicos además.

Terminaste usando cierta frase de “Something” para titular tu nuevo disco, cuenta.

Recuerdo mucho ese momento en que John Lennon le daba consejos a George Harrison para un tema en especial, “Something”. George no estaba seguro respecto a la letra de la canción, no tenía claro qué poner después de somehting in the way she moves. John le decía que cantara cualquier cosa mientras le daba al clavo, y le sugería: attracts me like a cauliflower… Muy divertido. Pienso que este documental puede servirle mucho a estudiantes, a quienes están empezando a hacer algo artístico, para comprender que los procesos creativos a veces pueden ser bastante bobos, absurdos. Sobre el título de mi disco, es simple: cambié Something in the way she moves por Something in the room she moves.

Has dicho que tus composiciones son sensuales, fluidas y nocturnas. Tres asuntos que me llevan a la poesía.

La poesía es una forma del Arte que sólo aprovecha las palabras, sin texturas sonoras de por medio. Son especies diferentes, la poesía y la canción. No me consideraría una poeta lo suficientemente buena, hay quienes lo hacen magníficamente, que usan el lenguaje de una manera muy especial.

Y la noche está muy bien para escuchar, para inspirarse, como que se entiende que es ideal para desarrollar la creatividad. Se dice que la imaginación cobra vida especialmente entonces, y por eso la música nos estimula de otra manera. Y ha de ser cierto. Mis experiencias musicales más intensas han tenido lugar de noche, mientras manejo. Amo andar en coche por LA, a solas o con la familia, hacer largos viajes e ir escuchando música.

Sobre la sensualidad. Para mí lo importante es capturar sensaciones y sentimientos y volverles sonido. Quizá porque tengo más un formación como compositora, no tanto como cantautora.

Hablando de sensación y sentimiento. ¿El nacimiento de tu hija cambió tu sensibilidad artística?

No lo sé. En general cambiaron muchas cosas, todo es diferente ahora, sorprendentemente. Aunque a veces pienso que es un asunto de edad, quizá si no hubiera dado a luz sentiría algo parecido, algo así de profundo. Es decir, ahora medito sobre mis amigos y mi familia, sobre el amor verdadero; considero cómo cuando uno sostiene una relación por mucho tiempo, muy hondamente, de pronto tiene muchas cosas por perder, y cómo hay que ser muy sabio para manejarlo todo. También suelo pensar en que no queda mucho tiempo por delante. Pero tal vez estoy envejeciendo, sólo eso.

Hemos estado hablando de The Beatles. Lennon alguna vez escribió una canción de cuna, “Good night”. Ahora, con tu hija cerca, ¿has pensado en escribir alguna tonada del estilo?

Le he cantado ese tema que dices a mi bebé, mucho. Ajá. Y funciona, sí que funciona. También le canto  “I will”, de Paul McCartney, cuando busco que se calme… Mi niña puede nombrarlos a todos, a cada uno de los Beatles, ¿sabes? Y sólo tiene tres años de edad, pero en verdad sabe cuál es cuál. Las canciones de los Beatles, así como las de Joni Mitchell, llegaron a mí cuando era una quinceañera y empezaba a entender el significado de las palabras. Ahora que se las canto a mi hija las interpreto de otra manera, ya tienen otro significado. Es tan divertido. Y fíjate, las composiciones de los Beach Boys también funcionan en este sentido.

¡Sí! Justo quería despedirme preguntándote, apelando a ese sonido líquido que buscabas para este álbum, ¿qué relación sostienes con el agua, cómo te sientes frente al mar, por ejemplo?

El océano me causa miedo. Es hermoso, claro, me fascina. Es inspirador mirar el mar, estar con él. Pero también me da miedo, así que no entro mucho a nadar.

Brian Wilson también tenía sus reservas. Contemplaba desde la playa con bastante respeto, y eso que era un beach boy.

Y lo comprendo totalmente, sé lo que se siente. ¡Ay, Brian, lo amo!  

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Alejandro González Castillo

Alejandro González Castillo

Periodista, y escritor también (porque parece que no es lo mismo). Cruza párrafos con compases. Le gustan las olas, leer y chelear chachareando; además de escuchar discos dejando salir el humo por los ojos.

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