Arturo Cipriano es un veterano flautista que ha militado en diversas agrupaciones (Talón San Cosme, La Nopalera, Mitote Jazz) cuya mirada sobre la música ha sido ecléctica, pero siempre ha buscado imprimir a cada uno de su trabajos un toque mexicano sin llegar a lo obvio, como es el caso de Universonoro: en tiempos tan canijos, su más reciente producción bajo el nombre de Ciprianodonte, obra en donde agrupa a más de 50 músicos de diferentes extracciones (Jaime López, Ana Ruiz, Antonio Russek, Enrique Toussaint, Armando Montiel, Odiseo Reyes, Guillermo Velázquez, entre otros).
Hay aquí jazz (“De la selva”), inflexiones latinas (“Chóquela”), world music (“María Guabá”), jazz latino (“El trovar clus de las jacarandas”, “Trópico de Cáncer”). En realidad, Ciprianodonte, de la mano de su hijo Odiseo Reyes, ha creado un universo muy personal que si bien parece ecléctico, está amalgamado por su, repito, fino y diverso acercamiento a la música mexicana. Pero no sólo es su buen gusto, también hay aquí esta música es tratada con respeto, pero no con solemnidad. Así surge un álbum doble que es un abanico de diversidad y riqueza sonora en donde a cada instante se sorprende y regodea uno. Imperdible.
*También te puede interesar: Chac Mool a 40 años de ‘Caricia digital’: Un new wave contestatario
