Estamos aquí ante un colectivo proveniente de Seúl que toma lo que le apetece del globo sonoro que nos contiene. Es representante del sentir de las generaciones que no se sienten atadas a un estilo en especial y por ello se entienden de un modo distinto con un término tan volátil como lo es la libertad. Balming Tiger presenta January never dies, su álbum debut, cuyo título, por cierto, se refiere a un juego japonés donde la embriaguez manda.
De modo que la emblemática banda multinacional de K pop alternativo lanza el disco con el cual partirá mares. Pero, ¿de qué estamos hablando? Necesitamos antecedentes. Bueno, Balming Tiger tomó su nombre de un ungüento asiático (Bálsamo del Tigre) y se advierte como un puñado de creadores cuyo objetivo es “popularizar aún más la hiper expresiva cultura juvenil asiática actual en todo el mundo, inspirado en un espectro amplio de influencias globales”.
La banda está integrada por Omega Sapien, Sogumm, BJ Wnjn y Mudd The Student, además de los productores San Yawn e Unsinkable, los directores de video Jan’ Qui y Leesuho, DJ Abyss, la artista visual Chanhee Hong y el escritor Henson Hwang. Juntos, recrean una suerte de hardcore digital donde el hiper-pop, el alt-rap y la electrónica danzan de la mano, girando mientras pocos se quedan con los pies quietos.
Sobre el más reciente sencillo de Balming Tiger, “Kamehameha“, extraído, naturalmente, de January never dies, los propios autores comentan: “Es una canción que expresa la psicología de un personaje muy borracho y está inspirada en una canción coreana de juegos de alcohol con la que cualquier adulto coreano puede simpatizar. El equipo comparó la sensación de estar borracho y lleno de confianza con kamehameha, el poder representativo de Dragon Ball. Este tema también contiene el sentido satírico de que la bravuconada momentánea tras beber alcohol no es el yo real”.
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