Publicada originalmente en 1994, la novela Wasabi trasciende en la literatura del escritor argentino Alan Pauls por su naturaleza kafkiana al girar entorno a un quiste que le crece al protagonista en la base de la nuca, pero hoy día también puede asimilarse desde otras perspectivas.
TXT:: Juan Carlos Hidalgo
Por un lado, es una de esas novelas iniciáticas en las que un artista en ciernes viaja a París para replantearse la esencia del oficio, pero, por otro lado -más cerca de su reedición de 2005-, aparece un vínculo por lo hecho por Enrique Vila Matas a través de la búsqueda obsesiva de otro escritor, en este caso el francés Pierre Klossowski, a quien se admira, pero también se le desea pedir un dibujo para la portada de un futuro libro.
El protagonista sufre un bloqueo creativo y tiene una compleja relación con una amante que podría resultar embarazada tras un periodo de residencia en Londres. En Wasabi pasamos de una residencia escritural en Saint-Nazaire, Francia, a una incursión parisina que se regodea en los bajos fondos y pasa por el Salón de libro.
La maquinaria narrativa incluye la experiencia del escritor con ciertos pasajes de narcolepsia que se combinan con encontronazos con la violencia y que lo llevarán a convertirse en un paria extraviado durante un breve periodo.
Se trata pues de novela con mucha literatura al interior de sí misma y ciertos estallidos fantásticos que le agregan atractivo. Alan Pauls encaminaba su carrera con su tercer libro, que abriría un impasse hasta la llegada de su sucesor, El pasado, publicado en 2003 y que le acarreó al autor de Buenos Aires el éxito definitivo.
Literatura dentro de la literatura… un anzuelo para confundir vida y escritura.
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