Hay discos que se funden con el pulso preciso de un momento y uno de ellos es Memoria, de este danés al que le gustan las atmósferas oscuras y que más que nunca se instala a medio camino entre la electrónica y el post-punk -por momentos- y algo de shoegaze. Trentemøller con su sexto disco alcanza una densidad que se disfruta y la equilibra con voces prístinas de mujer.
TXT:: Juan Carlos Hidalgo
Me niego a dejar pasar a un disco tan sólo por haber sido editado a mitad de febrero… marzo ha entregado apenas unos cuantos días y a veces hace falta que transcurra algo de tiempo para ir paladeando está música lóbrega y agridulce… tal como ocurre en “All Too Soon”, en la que la música es muy sombría, pero la voz de Lisbet Fritze hace un gran contraste (ese bajo tan darketo desprende muchos recuerdos).
Ha contado Anders Trentemøller que de lo que trató con este álbum es ir controlando la intensidad y ello es algo en que no hace distingos entre el rock y la electrónica. También ha confirmado que le gusta mucho lo que hace Beach House y que han sido una influencia clave sobre estás 14 canciones, tanto como la evocación de los Cocteau Twins y la gran Elizabeth Frazer.
Todo ello redundó en que una pieza como “No More Kissing in the Rain” funcione tan bien y nos hagan sentir que aún en medio de un panorama terriblemente sombrío puede surgir un rayo de esperanza -en este caso encarnado por el llamado de sirena de una hermosa voz femenina-. Es así como la aportación de Lisbet Fritze se ha destacado más que nunca y también refulge en otra pequeña maravilla como “In the Gloaming”.
Trentemøller nos deja ver que las imágenes que danzan en su Memoria (In My Room, 2022) están envueltas en una bruma perfumada y ello ocurre desde “Veil of White” -que abre el disco-. Se ha esforzado en hacer un álbum en toda regla -son 14 canciones- en las que no permanece estático en el estilo que ya le conocemos.
La electrónica le trajo el éxito, pero este viraje le revitaliza creativamente; se le da bien el dreampop y la sensación durante el recorrido completo es de una ensoñación fantasmal, es decir, que belleza musical, pero también algo de misterio.
