Arte y vida involucrados de forma indisoluble… aquí no hay ficción ni artificios; el músico español lamenta la muerte de un amigo muy cercano y exalta su memoria a través de 12 canciones que son absolutamente directas. En el centro de Postales de Invierno se encuentran las vivencias y añoranzas de una pareja de grandes colegas a través de los años, tal como permea en “Caen los árboles” –el corte inaugural-: “Algo me impide decir a dónde huye nuestro fuego/ dónde terminamos nosotros y dónde empieza el mundo…”.
TXT:: Juan Carlos Hidalgo
El octavo álbum de Ramón Rodríguez como solista es el más íntimo y confesional de toda su carrera, no en vano Sergi Irutzun Reixach falleció el 28 de noviembre del año pasado, apenas a los 47 años, y el autor todavía se encuentra digiriendo el acontecimiento y ello le ha llevado a escribir un texto que exprese su sentir y en el que anota: “Todas las letras de Postales De Invierno surgen de un poema larguísimo que escribí en bruto una noche de insomnio, pensando en cuánto lo echaba de menos, agradecido de haber tenido la suerte de que me hubiera querido. Pensando en la forma de seguir en contacto con él tras la ruptura entre cuerpo y alma, en el modo de unir lo material y lo espiritual una vez se separan. Esta colección de canciones está llena de afectos humanos: la alegría, la tristeza, el amor, la esperanza, el terror…”.
Y es que The New Raemon está dispuesto a jugárselo todo y no sólo mediante la obra en sí misma, sino optando por impulsar su propio sello Cielos Estrellados, y convertir en colaboradoras a sus hijas Jazz (Mourn) y Leia Rodríguez (Mourn y Leia destruye), que completan a su tándem de años y en el que se encuentran Javi Vega, Víctor García y Ricky Lavado (Egon Soda y Standstill).
Se trata de una obra que bordea la interrelación de la vida y la muerte, tal como se expone en el tema titular: “Nos enseñas a vivir ahogando nuestros dolores/ a reír solos por las calles recordando tu risa/ nadando en las orillas de tanta belleza no atendida”.
Ramón completó la parte musical con Marc Clos y David Cordero, con quienes venía editando discos en un proyecto paralelo y que aquí se adaptan a la evocación de una amistad que surgió durante el verano de 1990, cuando los protagonistas tenían catorce años de edad y que al poco tiempo los llevó a iniciarse en el arte de componer y grabar canciones.
Ante tan relevante proyecto, Ramón encargó un texto al músico y guionista Dimas Rodríguez para presentar esta simbólica entrega: “Hace 21 años que Ramón Rodríguez nos escribe cartas y postales desde un mirador hermoso. Siempre con vistas a un paisaje humano, real, poético. Y también frágil, porque así lo decide la vida. Y así queda constancia en las canciones, unidades libres en el fondo, de vuelo alzado, majestuoso, que se posan siempre para recordarnos que quizás son nuestros espejos más sinceros…”.
Es así como nos miramos en temas como “Rompe la ola en tu acantilado” e “Irurtzun”, en la que pide a su amigo: “Enséñame a cruzar el puente que une la vida y la muerte”; The New Raemon nos ha entregado un disco en el que lo espiritual está fundido lo material, ya que en el mundo real se siente la presencia de aquellos que han trascendido y que aparecen hasta en los detalles más nimios… lo dicho, arte y vida, binomio poderoso.
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