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Sparklehorse y un fascinante disco póstumo con alas

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Sparklehorse y un fascinante disco póstumo con alas
Ambulante 2024

¿Podrán los muertos enterarse de lo que ocurre en esta dimensión? Es una pregunta muy válida alrededor de Mark Linkous -el hombre que creó Sparklehorse– y a la hora que aparece el disco póstumo Bird Machine, 13 años después de que haya decidido suicidarse.

TXT:: Juan Carlos Hidalgo

Las canciones que hoy integran este álbum iban a estar en su quinta entrega y estaban casi terminadas tras de las sesiones con Steve Albini que se llevaron a cabo en Chicago. Hoy seguramente Mark quedaría deslumbrado por lo que se traía entre manos, salvo que la depresión profunda y un quiebre de pareja dictaron otra cosa.

Tras un fallido intento previo, ha sido gracias a Matt -su hermano- y Melissa -su hermanastra- que aparece la versión final de Bird Machine y sus 14 canciones nos siguen atrapando y colocando en habitaciones polvosas, llenas de objetos viejos y en las que resuenan ese indie pop lóbrego y apesadumbrado que caracterizara a Sparklehorse.

No podemos sino caer seducidos ante maravillas huidizas y algo tímidas, como lo son “Evening Star Supercharger” y “Kind Ghosts”, que se cruzan entre una mística underground y una pátina de cine de serie B –Mark Linkous siempre tuvo pinta de gran personaje de ficción-.

Ahora las buenas decisiones del entorno familiar permitieron que los detalles de producción que faltaban corrieran a cargo de Alan Weatherhead, quien le dejó esa marca de emanar de casas solitarias, de carreteras perdidas y del extravío de un hombre ante su propia vida y caída; “Falling Down” da cuenta de ello con todo y un discreta y hermosa slide guitar.

Se dice que Mark dejó el orden en que imaginaba debía de ir este puñado de composiciones e incluso el título que pensaba ponerle (que nos hace pensar en Charly García y La máquina de hacer pájaros). No queda en el presente sino apuntar que se trata de una obra que suena excelente, muy bien cohesionada y llegadora… conducida por la frágil voz de un músico que parece estar a punto de resquebrajarse emotivamente a la hora de interpretar.

¿Pudo traerle a Sparklehorse el salto definitivo rumbo a una audiencia más amplia de haberlo editado en vida? No podemos saberlo, lo que si podemos es apuntar la grandeza de temas como “Daddy´Gonne” y “Chaos of the Universe”… calan y emocionan en este presente, lo demás es quimera.

Aquí hay indie pop de alta pureza… uno que disfruta del glitch, pero que no recurre al low-fi; aquí hay un acabado minucioso y enorme verdad artística y humana. Sparklehorse crecerá como una figura de culto, dado que parece que Mark lo tenía todo clarísimo, tal como lo expone en “I Fucked It Up”: “Pude haber sido una estrella del rock. La jodí bien / Y lo pagué, lo pagué, lo pagué”.

Pero pese a todo, Bird Machine mantiene de principio a fin un tono esperanzador y algo optimista; ¡Vaya paradojas del arte y de la vida!

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Juan Carlos Hidalgo

Juan Carlos Hidalgo

Embajador de Tuzolandia por el mundo. Su novela más reciente es 'Ya no más canciones de amor' (Ed. Gato Blanco). En Marvin, coordina las colecciones 'Rock para leer' y 'Tinta sonora'. Forma parte de la Red de Periodistas Musicales de Iberoamérica (REDPEM). Su libro más reciente se titula 'Una ópera egipcia', poemario a partir de un álbum de Los Planetas.

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