“Con gran tristeza, anunciamos que Sixto Díaz Rodríguez ha fallecido hoy temprano. Mandamos nuestras condolencias a sus hijas, Sandra, Eva y Regan, y a toda su familia”. Así el anuncio oficial de la muerte del autor de “I wonder”. Ente enigmático cuyo temario posee carácter de legendario. El hombre contaba con 81 años de edad.
¿Quién fue Sixto Rodríguez?
Nació en Detroit, en 1942. Desde entonces parecía que el destino le guiñaba el ojo pues se hallaba en la casa de Motown Records. Sin embargo, antes de asomarse a la música vivió lo suficiente como para labrar una filosofía y estilo que algunos hermanarían con las aptitudes de Bob Dylan. Un halago que Sixto tradujo en apenas dos discos: Cold fact (1970) y Coming from reality (1971). Una pareja de cuidado, plena de belleza; aunque destinada a llenarse de polvo, pues prácticamente nadie escuchó la voz de su artífice.
Ignorado por el mainstream gringo, Sixto Rodríguez hallaría eco de su voz en Sudáfrica (donde corría el rumor de que estaba muerto). Allá sus canciones se convertirían en himnos para el movimiento antiapartheid; sin embargo, el autor desconocía de ese éxito. Olvidado, prácticamente resignado al fracaso musical, trabajando como albañil, Rodríguez fue sacado del olvido mucho tiempo después, una vez que el documental Searching for sugar man (Malik Bendjelloul, 2012) circuló por todo el planeta. ¿Cómo era posible que un genio así hubiera permanecido en las sombras? Se preguntaron todos.
Tras la obra de Bendjelloul, la fama de Sixto Rodríguez al fin llegaría. El mundo se la debía. Y el músico disfrutó del triunfo tardío. “La mía es sólo la historia típica de la pobreza a la riqueza, pero mejor así que de la riqueza a la pobreza”, llegó a contarle a The Guardian.
Estamos de luto. Se nos va un grande dejándonos una lección de vida que vale lo que un puñado de caramelos.
