La mujer de carne y hueso que es Paula Ribó ha creado un personaje muy atrayente e impredecible con Rigoberta Bandini, del que al inicio se pensaba que pertenecía a la electrónica de baile para luego hacer synth-pop que coquetea al reguetón en “Perra” y encumbrarse después con una canción sobre las tetas que también es como una remembranza de ABBA (“Ay mamá”).
TXT:: Juan Carlos Hidalgo
Nadie le puede reprochar a Paula que no tenga un gran conocimiento musical, pues lleva a cuestas todo un costal de referencias que suele utilizar con total gozo y descaro. Es así como tomó el cliché de Julio Iglesias y lo convirtió en una canción con ese nombre y en la que ella era “truhana y señora”.
Rigoberta Bandini rompe los moldes y es por ello que compitió para llegar al Festival Eurovisión, pero no ganó, pero tal incursión la catapultó en fama y aceptación en el circuito festivalero español, que la tiene como uno de los actos más calientes y buscados.
Ahora revierte el rol de los llamados “rompecorazones” y sale con una rara balada en la que destaca la guitarra acústica y a la que ha titulado “A todos mis amantes”; se trata de una misiva en la que se conmueve por los hombres que ha dejado en el camino.
Musicalmente, nos hace acordar de figuras como la de Cecilia, Joan Baez y Chavela Vargas, según su comunicado de prensa, pero pasadas por un filtro posmoderno, que también se siente en la instrumentación.
“A todos mis amantes” contiene toda la valentía y libertad creativa que ha caracterizado a Paula-Rigoberta, una mujer que tiene muy en claro lo que buscaba con este tema: “Ser madre y decir que no siempre he sido responsable emocionalmente con mis parejas, pedir perdón y también enviar a la mierda”.
Se trata pues de una manera muy peculiar de evocar a los amores idos.
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