Los responsables del score de Stranger things, serie icónica del nuevo siglo, ahora colaboran con el siempre polémico director mexicano Amat Escalante en su más reciente película, Perdidos en la noche. Con una labor discreta pero potente, los mismos Kyle Dixon y Michael Stein demuestran talento para crear atmósferas que utilizan el silencio como recurso para generar tensión en uno de los filmes más importantes del cine mexicano reciente. Platicamos con ellos sobre el reto que resultó haber musicalizado Perdidos en la noche.
¿Cuál fue el origen de su colaboración en la nueva película de Amat Escalante?
Kyle. Hubo muchas conexiones que nos llevaron a trabajar con él, pero la más importante fue con nuestro editor, quien es amigo de Amat. De ahí surgió la idea de hacer la música para Perdidos en la noche.
¿Cómo se sintieron después de ver la versión final de la película?
Michael. A mí me gustó mucho. Vi una primera versión que es mucho más larga de la que se presentó al final en el cine. Me parece que Amat logró una gran película.
Kyle. La historia es muy buena y creo que el trabajo de edición es excelente. Extraño algunas escenas que fueron editadas para la versión final, pero es parte del proceso y creo que el rumbo que tomó el proyecto fue el correcto. Algo parecido sucede con la música, cuando estás grabando un álbum, a veces tienes que quitar una canción que consideras que no encaja con el concepto que intentas transmitir.
En el caso de Perdidos en la noche, ¿qué fue lo que quisieron transmitir con la música?
Michael. Es interesante, porque el camino obvio pudo ser dirigir nuestra música hacia el suspenso, pero en realidad lo que tiene un peso mayor en la historia es el misterio que hay detrás de los personajes.
Kyle. En la secuencia inicial buscamos darle mucha intensidad, pero usando elementos muy minimalistas, es casi un score desnudo, ese recurso se repite una vez más hacia el final, nada más. La película tiene una esencia detectivesca por eso era importante ir construyendo esa atmósfera de misterio para el espectador.
Michael. Precisamente la música busca que el espectador se cuestione constantemente qué está pasando, hay escenas en las que parece que todo está bien, pero en el momento que aparece la música hay una especie de advertencia, algo como, ¡espera, algo no está bien aquí!
Kyle. Te puedo decir que también hay momentos en la película que hay una ausencia total de música, porque sentimos que se sentía bien así. Hoy en día, y sobre todo en películas muy mainstream, la música tiene una sobreexposición, me parece que hay un abuso de ello. En Perdidos en la noche el silencio es parte fundamental de la tensión que buscamos transmitir. He pensado mucho sobre este tema y he llegado a la conclusión de que recientemente la música en muchas películas te condicionan a sentirte de cierta manera, ya sabes, la canción feliz o la canción para sentirte enamorado o emocionado, cuando lo que nosotros preferimos es que el espectador elija a través de la ambigüedad.
Lanzaron un kit especial para esta película con un vinilo de 7”.
Michael. Mientras estábamos en el estudio trabajando con la música de la película, Amat sugirió la idea de grabar algo distinto, que se pudiera incluir en alguna parte de la cinta, y propuso que fuera una cumbia. Le dijimos que nos gustaba la idea, pero primero era importante terminar el score. Y así fue, lo hicimos y al final sacamos un tiraje de este vinilo de 7” con una versión en cumbia. Me encantan este tipo de ediciones, además de que fue muy divertido hacer una canción fuera de nuestro espectro musical.
¿Fue difícil grabar una cumbia?
Kyle. Técnicamente no porque es algo que puedes hacer en el estudio separando los elementos, el reto fue hacer un tipo de música donde es muy importante sentir la esencia del estilo. Coincidentemente empecé a escuchar mucha cumbia, y eso nos ayudó a tener ciertas referencias.
Michael. Quizá lo difícil fue incluir el motivo de las melodías del score dentro del patrón rítmico de la cumbia. Aunque el proceso fue muy divertido, porque lo que conseguimos fue un remix.
¿Su trabajo en Perdidos en la noche tiene algo que ver con lo que han hecho en Stranger things o son dos cosas completamente diferentes?
Michael. Para mí fue como un nuevo camino, un lugar donde nunca había estado. Sin embargo, con el tiempo te das cuenta que no importa lo distinto que sea el proyecto en el que estés trabajando, siempre habrá similitudes entre ellos. En el caso de Stranger things el reto era lograr algo referencial. Por supuesto, sonar a los años 80, sin embargo el asunto se volvió parte de la cultura pop del Siglo XXI.
Kyle. La respuesta fácil sería no, aunque nos enfocamos en todos los proyectos de la misma manera, y es ahí precisamente donde hay coincidencias, me refiero a la parte técnica, al equipo que usamos para hacer nuestra música, eso nos da nuestra identidad.
¿Qué planes tienen para este 2024?
Kyle. Estamos muy emocionados construyendo nuestro propio estudio, hay muchos planes que incluyen series y películas, además de un nuevo disco de nuestro proyecto Survive, así que hay mucha ilusión.
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