La tarea esencial del periodismo es desvelar lo que no está expuesto… mostrar y analizar para que se puedan dimensionar los acontecimientos y las obras; en el caso de la música siempre será importante exponer los álbumes relevantes antes que los devoré el mainstream -en muchos casos-. Ahora estamos ante uno de eso discos, se trata de STRUGGLER, la segunda producción del australiano Genesis Owusu.
TXT:: Juan Carlos Hidalgo
Este músico tiene sus orígenes en Ghana y luego se asentó en Oceanía desde donde elabora una llamativa mezcla de hip-hop con punk con gran peso de la electrónica. Y lo que es mejor es que se fija decir cosas importantes en sus canciones.
Si ya en su debut, Smiling With No Teeth del 2021, luchó en contra del racismo y la depresión, ahora en STRUGGLER monta un álbum casi conceptual, pues por un lado tiene un protagonista –The Roach– que confronta a alguien llamado The Old Man, que es muy fácil identificar pues te jode la vida desde el cielo.
Es así como arrancamos “Leving the light” y luego nos vamos con “The roach”; basta un par para acordarnos vivamente de lo que hacían los neoyorquinos de TV on The Radio (con Dave Sitek al frente); sintetizadores que dan tensión, bases sintetizadas y una urgencia en el discurso, ya en el primer tema suelta: “No necesito una pistola, puedo hacerte daño con mi lengua”.
Ya con su debut Genesis Owusu ganó el premio ARIA (muy influyente en Australia) y ahora se propone elevar su nivel y para ello tiene composiciones como “Stay Blessed” -mucho más rugosa y combativa- y una mucho más juguetona “Tied Up”.
Hacia el final nos encontramos con “What Comes Will Come”, que nos demuestra que el hoy tan recuperado drum & bass de verdad puede encajar bien en una canción y hacer contraste a una melodía suave en lo que es un ejercicio de opuestos complementarios. Supo aterrizar bien una tendencia de moda algo forzada.
A la hora de hacer producciones tan cuidadas y calculadas, Genesis Owusu se muestra como un continuador de los grandísimos discos de Tyler The Creator y eso no es poca cosa… todo lo contrario, lo eleva como compositor (incluso cita a Kafka) y como orfebre del estudio. ¡Aquí ebulle el presente musical!
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