La oferta de festivales crece día con día. Hay suficientes opciones para disfrutar múltiples experiencias en las que la música opera como núcleo, mientras a su alrededor circundan diversas actividades que terminan ocupando nuestra memoria. En este sentido, Bahidorá es una de las citas preferidas por los festivaleros.
Todo arranca desde que cargas con tus cosas con la idea de pasar un fin de semana lejos de la CDMX. Ir dejando atrás edificios para perderte en una carretera plena de árboles va poniéndote en el mood correcto, relajándote. Morelos no está tan lejos de la capital mexicana, así que se trata de un camino breve, que se goza kilómetro a kilómetro.
Una vez llegando a La Estacas, resta ubicar el espacio para camping y preparar el espacio donde pasarás la noche. Importante decir que para cuando llegamos al paraíso de Bahidorá, la mañana del sábado, ya había suficientes tiendas, pues desde el viernes comenzaron las actividades. Por ahí nos dijeron que Mamba Negra rifó especialmente.
El sábado estuvo lloviendo una buena parte de la mañana; luego, a partir del mediodía, se trató de una llovizna intermitente que no permitió que nadie alargara la cara. En realidad, pasara lo que pasara, todos íbamos listos para disfrutar lejos de la monotonía gracias a un cartel que, como suele pasar con Bahidorá, se antojaba eclécticamente deleitable.
Claro, hasta adelante del listado de actos se hallaba Damon Albarn y Africa Express, pero en realidad en cada esquina del fest, distribuidos en diversos escenarios (Paradiso, La Madriguera, El Cubo, La Estación y Sonorama) había un buen pretexto para agitar el esqueleto. Allá apreciamos el talento de gente como Vanessa Zamora, Ali Gua Gua, Rosa Pistola, Son Rompe Pera, Flying Lotus, Tainy, Felipe Orjuela, Y La Bamba, Los Mirlos, Mabe Fratti… uf, una lista inmensa y prodigiosa.
La gran noticia fue que Aperol Spritz contó con su propio escenario durante el festival. De tal modo, Aperol Spritz La Onda operó como una viva fuente donde el sabor veraniego refrescó paladares. Justo ahí bailamos con Ali Gua Gua, Gia Fu, Discos Teheran y Mirza y Papa Jazz. Esos risueños momentos los acompañamos con un trago netamente instagrameable, una mezcla equilibrada de Prosecco, Aperol y agua mineral. Delicia.
Recorrimos escenarios todo el sábado y buena parte del domingo. Apreciando outfits de alta escuela, bailando con ritmos de variada estirpe mientras en el horizonte las nubes cambiaban de consistencia. El público, echado en el pasto, nadando, charlando, bebiendo. Todos felices. Imposible aburrirse en Bahidorá. Jamás con un ambiente así de pleno, entregado, flotando en el aire, imponiéndose así el espíritu de convivencia sana encima de cualquier nubarrón.
Aguardamos desde ya, con ansias, la llegada de Bahidorá 2025. Porque con el paso del tiempo la experiencia crece, se proyecta hacia nuevos espacios iluminando lugares donde las sonrisas nacen y el ánimo florece. Gracias por tanto, una vez más, querido Bahidorá.
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