Tradicionalmente, el country es un género muy conservador, tradicionalista y en el que priva la heterosexualidad, es por ello que tiene un gran mérito lo que ha hecho Orville Peck al respecto de sus letras, en las que hay mucho de desamor, fracasos y remordimientos existencias, pero contados desde una perspectiva gay.
TXT:: Juan Carlos Hidalgo
Destaca la manera en que compone, pero a ello hay que sumarle una voz extraordinaria -a medio cabalgar entre Elvis Presley y Johnny Cash-, más lo excéntrico del personaje de un cowboy enmascarado con un diseño de flecos; el hecho de ocultar el rostro hace que nos concentremos mucho más en ese torrente de voz que posee.
Ahora edita su segundo álbum al que nombra como uno de esos caballos pura sangre de recio carácter conocido como Bronco (Columbia, 2022) y en el que se concentra en la construcción de un mayor y sólido repertorio; lo que se evidencia con esos 15 cortes que lo conforman y que quedan como los vehículos con los que superó una fuerte depresión que sufrió durante la pandemia y que le llevaron a pensar seriamente en el suicidio.
Este periplo comienza con “Daytona Sand” y sigue con “The Curse of the Blackened Eye”, que narra una historia abuso y en la que se da tiempo de reducir la velocidad de su canto y que enlaza a la perfección con “Let Me Drown”, una canción a piano que es la crónica del problema con la depresión.
Orville Peck, nacido en Australia, pero residente desde hace años en Canadá, es alguien que muestra con orgullo las afluentes musicales de las que abreva y es por ello que en el video que acompaña a la balada “Hexie Mountains” invitó a la nieta de Elvis Presley a realizar un cameo.
De Bronco hay que destacar “Any Turn” -pese a su brevedad- que es un country más intenso y conducido por una guitarra muy efectiva y que suma al impacto que tuvo “C’mon Baby, Cry”, el sencillo con el que presentó esta segunda producción, que también incluye “Trample Out the Days”, en la que un joven narra cómo es que toma carretera para buscarse la vida.
Orville Peck da un paso adelante y hace de su country queer una alternativa de calidad para alimentar nuestras diarias escuchas con un género que, gracias a artistas como él, también consigue actualizarse y ampliar su estética y sus historias.
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