“Años y milenios tardé en entender/ Que puedo ser torero, espada y toro a la vez…”, así comienza “Superpoder”, una canción extraordinaria de María José Llergo que más adelante también suelta: “Aprendí a llorar cantando/ Aprendí a cantar llorando”. Y conmueve hasta la médula con un crepitar electrónico y un quejío flamenco muy refinado.
TXT:: Juan Carlos Hidalgo
Se trata de “Superpoder”, la canción que hace de núcleo en el segundo álbum de la cordobesa al que ha titulado Ultrabelleza y que ofrece una experiencia estética sublime a través de 12 canciones y una oración, que sirve de apertura.
A los 29 años entrega un disco inspiradísimo que no habla sino de madurez artística y sólidas bases, que surgen de sus estudios de canto moderno y jazz en el Liceo de Barcelona y Cante flamenco en la Escuela Superior de Música de Cataluña.
María José Llergo ya había perfilado su potencial tanto en su disco debut, Sanación (2020), como en la interpretación de “Te espera el mar”, que forma parte de la película Mediterráneo y por la que mereció el Premio Goya a la Mejor Canción.
Pero ha decidido sublimarse y es por ello que rodeó a Ultrabelleza de una serie de colaboradores en producción que resulta muy ecléctica y efectiva; por una parte están Zahara y Martí Pernarnau acelerando los beats y también de España aparece el valenciano Lost Twin, mientras que desde el entorno británico proceden George Moore y Knox Brow, cuyo tratamiento engrosa los bajos y se decanta también por los subgraves.
Pero si el sonido y el trabajo de producción son impecables, no lo es menos el discurso que permea a lo largo de Ultrabelleza, que la propia María José Llergo describe como todo un concepto: “El poder transformador de la belleza no entiende ni de estilos ni de formas. Lo ocupa todo y es capaz de llenar de luz los cuerpos opacos. Y sacar lo bueno absolutamente de todo”.
Y todas las virtudes de esta propuesta también brillan en el tema titular, que cuenta con una lírica que conmueve: “Tienes ese color que hace cálido el viento/ Tienes eso que no puede borrar el tiempo/ Eres como el amor, ultrabello” –toda una píldora de inspiración apenas en dos minutos y medio-.
Cada una de las piezas engarza a la perfección, pero esplenden también en su individualidad; así es como podemos destacar “Tanto tiempo”, con sus palmas y juego de voz, que remata con un parafraseo a ese bolero inmortal que es “Sabor a mí”, compuesto por Álvaro Carrillo y que es, además, el tema favorito de toda la vida de C. Tangana –valga como un dato al calce-.
Ultrabelleza es toda una fiesta mestiza… un jolgorio que entiende de la electrónica y que se enorgullece de la multiculturalidad española mediante canciones como “Aprendiendo a volar”, “Juramento” y “Lo que siento”; Ultrabelleza es espíritu jondo y duende futurista. María José Llergo ha hecho una obra muy relevante y que refleja de sobra su postura: “Desde la alegría reivindico la belleza de lo diferente porque con ella se evita que el ser humano destruya aquello que no entiende. Saber valorar y querer incondicionalmente más allá de las diferencias”.
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