Como un tren que cruza paisajes derrochando brío, llega a nuestros oídos OME, una locomotora electrónica de vapor poético que ha condensado su garbo en un vinil cuyos giros se expanden en presentaciones en directo donde convergen luces, proyecciones y videomapping. Música electrónica que encuentra sustento en las sonoridades de los pueblos vivos del México contemporáneo con una mano enterrada, rasguñando entre raíces, y la otra atendiendo clics por los aires.
TXT:: Alejandro González Castillo
El que se encuentra detrás de OME es Uriel Durán, quien además de su albor en Sotomayor es conocido por llevarse artísticamente con gente como Natalia Lafourcade, Armando Manzanero y Chavela Vargas, entre otros. Con OME, el músico se muestra listo para ir soltando sencillos luego de dar a conocer un vinil que, detalle fino, venía acompañado de un chocolate de marihuana, como para entre mordidas tomar un tren a tierras fantásticas.
Hablemos de “Si se apaga el sol“, por ejemplo; un tema inspirado en un cuento rarámuri donde se narra lo que sucedería si el astro rey dejara de emitir flamas; cómo entre tenebras los muertos se pondrían de pie y los viejos cueros de las bestias revivirían. Ahora escuchemos y veamos:
Y luego andemos con “El Chepe” en esa ruta diseñada hace décadas con tal de conectar el Océano Pacífico con Chihuahua. Tomemos los rumbos de las Barrancas del Cobre y Creel, puntos densamente hermosos enclavados en la Sierra Madre Occidental, esta vez visitados desde las alturas de las nubes:
OME pretende “resaltar la diversidad cultural y hacer un homenaje a las expresiones tradicionales. Es una nueva forma de (re)conocer y (re)interpretar las técnicas y explorar nuevas posibilidades sonoras para los instrumentos tradicionales”. Para ello, Durán aprovecha las resonancias de chapareque, huehuetl, teponaztli y rabel, entre otros instrumentos; así como las texturas que le proveen la amplia gama de herramientas digitales que lo rodean.
Lo dicho, OME tiene las manos entre raíces y vientos. La suya es una electrónica etérea y terrosa al servicio de los viajeros que gustan explorar campos abiertos con la mente libre de cerraduras.
