Lo que hace este señor es un arte mayor que vincula una metafísica y una ritualidad casi religiosa con un arrebato carnal lleno de pulsiones –Nick Cave es casi una deidad suelta en esta dimensión-; Y todo se maximiza cuando se reúne con su cómplice de los últimos años: Warren Ellis. Son una pareja que provoca música y poética de carácter volcánico y visceral.
TXT:: Juan Carlos Hidalgo
Y ahora deciden repasar la intensidad lograda durante su pasada gira australiana que tiene entre varios antecedentes en directo dos antecedentes brillantes Live At The Royal Albert Hall (1998) y Live From KCRW (2013) hasta llegar hasta este más que generoso Australian Carnage: live at the Sydney Opera House.
Y apunto lo de generoso, dado que se trata de un disco doble que contiene en su primera parte 11 canciones –comenzando por “Spinning Song”- y se completa con 7 temas más, que abren con “Hand of God”… con lo que su magia surge por doquier.
Se trata de una presentación litúrgica que eleva al espíritu hasta las alturas a través de maravillas como “Bright Horse”, “Waiting for You” y “Cosmic Dancer” (compuesta por T. Rex); estamos ante una grabación de la que el propio Nick Cave dice: “esperamos que capture incluso una décima parte de la euforia colectiva que sentimos en esos espectáculos. Nunca los olvidaremos”.
Nick Cave, de 65 años, vuelve a su tierra natal acompañado de un socio creativo y multiinstrumentista que está a su misma altura; Warren Ellis tiene 58 años, aunque parece mayor que su colega y también está de regreso en la tierra que lo vio nacer. Algo hay de una especie de Odisea en términos de volver tras un periplo igual de intenso y demencial que el del héroe griego.
Juntos repasan en canciones las tormentas que asolan al alma humana; hay mucho dolor, arranques pasionales, pasajes religiosos y encontronazos sexuales; Nick Cave es un cronista máximo de la pesadumbre y Warren Ellis entiende a la perfección lo que necesita que suene para acompañar tales pulsiones.
Ahí están monumentos sonoros tan robustos como “Night Raid” y “Galleon Ship” para recordarnos como es que hemos construido toda una mitología alrededor de un universo narrativo y musical tan inmenso como el que levantado Nick Cave.
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