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Mikel Erentxun: “Duncan Dhu es un mito, y no puedo luchar contra eso”

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Ambulante 2024

“Toda mi vida es una gran anécdota”. Mikel Erentxun repasa el techo con la mirada al contar esto. El pelo cano, la sonrisa discreta, las manos sobre los muslos. Hace casi 40 años que comenzó su historia musical con Duncan Dhu; hoy, afirma, a solas tiene más canciones y conciertos acumulados que los que aglomeró al lado de Diego Vasallo. Sin embargo, el cantautor acepta que “Duncan Dhu es un mito, y no puedo luchar contra eso. Haga lo que haga, siempre va estar encima; pero no es algo que me preocupe”. Pasa que Erentxun sabe lo que es madurar. Fundamentalmente porque ha ido aprendiendo a serenarse mientras el reloj camina y el corazón tropieza. Bajo esta perspectiva, el músico quizá debería hablar no de una anécdota, sino de una moraleja vital que, lo mejor de todo, viene con soundtrack incluido.

“La asignatura pendiente”. Así la denomina Mikel. Y se refiere, en realidad, a la sensatez. “He madurado. A ver, por el camino se pierde la inocencia, pero yo no podría volver ahí. En una época de mi vida no quería envejecer, y estaba en un error. Porque hay que aceptar el paso del tiempo, algo que a mí me ha costado mucho. Ahora me siento cómodo conmigo mismo”. Eso, saberse bien con quien se es, significa disfrutar las cosas simples de la vida. Clichés, les llama risueño Erentxun, y luego los enumera: ver la TV, sacar al perro a pasear, escuchar discos, gozar su mes favorito en casa. “Septiembre en San Sebastián es maravilloso. Porque deja de hacer calor, es la puerta al otoño, las hojas empiezan a caer y hay días lluviosos con puestas de sol inmejorables”, revela el músico, dudando de paso si a sus 59 años de edad sería bueno ir pensando en lo que dirá su epitafio.

Así que sigues escuchando discos, Mikel.

Tengo un buen tocadiscos en mi sala, y todavía saco los vinilos de sus fundas para llevar a cabo todo el ritual. Y bueno, sobre todo escucho música de los años setenta, desde los Beatles hasta los Bee Gees, pasando por Elton Jon, Led Zeppelin y Lou Reed. Neil Young, David Bowie. Los clásicos. También me gusta escuchar novedades, qué cosa ocurre en la radio. Pero cuando estoy en casa recurro a lo clásico, que es lo que de verdad me emociona.

Tus propios álbumes, ¿los pones?

No me suele gustar mirar hacia atrás. Pocas veces escucho mis discos antiguos, salvo que esté preparando un tour y tenga que afinar alguna canción. Me gusta darles tiempo a mis álbumes porque cada uno pertenece a un momento concreto, cada letra lleva a una época, a recordar lo que entonces pasaba. Eso me gusta, pero yo, como autor, si escucho un disco mío fuera de su momento lo siento desencajado en cuanto a las letras; aunque musicalmente puede ser bonito ubicar cada obra. He grabado tantos discos procurando ir un paso adelante que creo de verdad que el más reciente, Septiembre, es el mejor. Lo cual es maravilloso, porque imagínate que fuera al revés, que grabara un disco y dijera, ¡joder, hace veinte años hacía mejores canciones!

¿Qué hay de tus viejas fotos, de cuando eras más joven, te gusta verlas?

No, porque me veo así, muy joven. Pero bueno, ahora me veo muy viejo. No, es que al ver tus fotos te das cuenta de todo, ¡joder, cómo uno va envejeciendo! No me gusta mirar hacia atrás en ningún sentido, tampoco en el asunto pictórico.

Sin embargo no puedes evadir tu pasado con Duncan Dhu.

Duncan Dhu es algo maravilloso. Todo lo que soy se lo debo a ese grupo. Aunque es cierto que ya poseo más discos y canciones como solista, igualmente ya he dado más conciertos a solas y, lo más importante, me parece que he hecho mejores canciones más allá de esa historia. Duncan Dhu es un mito, y no puedo luchar contra eso. Haga lo que haga siempre va estar encima; pero no es algo que me preocupe. No reniego. Soy la voz de Duncan Dhu, finalmente, y la llevo con mucho orgullo. Pero sí que ese grupo pertenece a una etapa muy concreta, los años ochenta, cuando era muy joven. Diego Vasallo y yo seguimos conservando una relación maravillosa, somos como hermanos, nos vamos de vacaciones juntos. Pero ambos sentimos que lo que hicimos tenía fecha de caducidad, y la aventura se murió hace ya 24 años.

Como mancuerna de compositores, hablando de Diego y de ti, ¿quién sería Lennon y quién McCartney?

Ah… A mí me gustaría ser Paul McCartney. Fíjate que de joven me gustaba más John Lennon, pero conforme me hago mayor me doy cuenta de que el verdadero genio era Paul. Pero, a ver, Diego es más genio que yo. Tiene una facilidad creativa de la cual yo carezco.

¿Viste a Paul en su gira más reciente? Ya le cuesta alcanzar las notas altas al cantar.

Ya no llega, y se empeña en no cambiar los tonos. Está en el borde de empezar a dar un poco de pena. Hay artistas de su generación, como Bob Dylan, que han sabido reinventarse. O ahí tienes a los Rolling Stones, su nuevo disco me ha gustado mucho, de hecho creo que es su mejor álbum desde Tattoo you. El disco anterior, que es de blues, también es espectacular.      

Hablando del pasado, Duncan Dhu de alguna manera forma parte de ese tinglado que llamaron Rock en tu Idioma a fines de los años 80. ¿Sabes de la existencia del Rock en tu Idioma Sinfónico?

Sí que recuerdo que cuando empecé a venir a México con Duncan Dhu, en los años 80, lo hacía con la etiqueta de Rock en tu Idioma. En el 89 protagonizamos nuestra primera gira larga por Estados Unidos con Miguel Mateos y el slogan era ese: Rock en tu Idioma. Digamos que en algún momento de mi vida he pertenecido a ello, no reniego de la etiqueta, pero no sé que pensar de lo que me dices, tendría que escucharlo. De entrada me gusta que se le dé valor a nuestro idioma en un mundo como éste; aunque, a fin de cuentas, musicalmente mis influencias sean anglo, totalmente.

Te mantienes sano, Mikel. Parece que te cuidas bastante.

Hace once años tuve unas anginas de pecho que me llevaron al quirófano. Y yo soy muy Woody Allen, así que en esos días ya me veía bajo tierra. Al final me hicieron una operación mucho menos grave de lo que me temía, pero cambió mi vida después de eso. De inmediato hice un disco doble en el que todas las canciones hablan de mi corazón, un gran reto, y empecé a llevar una vida más saludable. Ahora como mejor, hago ejercicio y sólo bebo vino, o mezcal, cuando vengo a México.

A nivel mental he aprendido a disfrutar más de la vida, de los pequeños momentos. Todos los clichés se vuelven realidad cuando estás en el hospital. Yo estuve allí tres semanas y sólo pensaba en que quería estar en el sofá de mi casa viendo la TV con mis hijos, cuando antes del quirófano veía la TV pensando cuánto faltaba para dar un concierto. En el hospital lo que quieres es llevar a los niños al colegio, sacar al perro a pasear, escuchar un disco. Porque eso es lo que de verdad te mueve.

¿Alguna vez viviste los excesos propios del rock & roll?

Sí, hombre. Sexo, drogas y rock & roll. Y fue maravilloso, no me arrepiento de nada. Probé de todo y no hubo consecuencias malas. De jóvenes todos quisimos vivir lo que Led Zeppelin, con chicas y drogas en el camerino. Y esas experiencias estuvieron muy bien, pero ya tengo 59 años de edad, mi vida es otra. Esto es de ensayo-error, de aprender a solas. Hay que probar sin que nadie te diga nada. 

¿Entender esto que dices significa madurar?

Exactamente, es madurar. Con 40 años andando en la música he madurado. A ver, por el camino se pierde la inocencia, el desparpajo, pero yo no podría volver ahí. En una época de mi vida no quería envejecer, y estaba en un error. Porque hay que aceptar el paso del tiempo, algo que a mí me ha costado mucho. Ahora me siento cómodo conmigo mismo. Cada vez queda menos tiempo. Aceptarlo es difícil, entender el paso del tiempo es la asignatura pendiente. Hay ratos en el día en los que estoy al borde del diván del psicólogo y por eso me viene bien hablar de todo esto… Si yo creyese que de aquí me voy al cielo no me importaría tanto la muerte. Cuando no crees que haya algo más allá, como es mi caso, pesa el paso del tiempo.

¿Has pensado qué te gustaría que dijera tu epitafio?

Mh… algún día estaré bajo tierra, pero prefiero no pensarlo. No, no. O… ¿debería ir meditando eso?

*Mikel Erentxun se presenta el 16 de marzo en La Maraka. Los boletos los puedes comprar dando clic aquí.

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Alejandro González Castillo

Alejandro González Castillo

Periodista, y escritor también (porque parece que no es lo mismo). Cruza párrafos con compases. Le gustan las olas, leer y chelear chachareando; además de escuchar discos dejando salir el humo por los ojos.

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