Gustavo Cerati nació en 1959 y murió en 2014, y actualmente su obra se encuentra en expansión y posee un halo hipnótico que pareciera que acaba de ser compuesta, grabada y puesta a girar. Hace precisamente 9 años en Marvin le dedicamos un tributo desde la literatura: Cerati, siempre seremos prófugos, un compilado de cuentos que fuimos a presentar al Foro FIL de Guadalajara.
Publicar un recuerdo de tal acontecimiento en redes sociales, me permitió contactar con José Gandour, el hombre incansable que dirige el proyecto Zona Girante, desde Colombia, pero con una perspectiva latinoamericanista, y quien en 2019 presentó el documental Distrital y Popular, dedicado a la historia del Festival Rock al Parque.
La luz no deja de pulsar un homenaje a las canciones de Gustavo Cerati
Tras haber concebido el compilado Náufragos en Casa, en el que reunió a músicos del continente para paliar la pandemia con música, ahora presenta La luz no deja de pulsar, una ambiciosa iniciativa que da cuenta de la vigencia de Zona Girante a sus 22 años de existencia y que aglutina a 17 propuestas del talento emergente que abunda en el continente americano en torno al legado artístico de Gustavo.
La luz no deja de pulsar se concentra en la obra de Cerati como solista y le permite a Zona Girante tener bien en claro su punto de partida: “Sentimos que a partir de su álbum Colores Santos, hecho en conjunto con Daniel Melero, en 1992, se despierta en la carrera de Cerati un espíritu de valentía y riesgo en su composición y producción que ha inspirado desde entonces a los artistas de vanguardia de este lado del planeta”.
Y así es como abren un compilado, que incluye participantes de México, Brasil, Argentina, Chile, Colombia, Venezuela y Perú, con una versión de “Puente” a cargo de los peruanos Maya Endo y Martín Laso, que sorprenden con un arranque casi instrumental para una canción que se ha convertido en todo un himno generacional desde que apareciera en ese monumento que es Bocanada, publicado en 1999.
Hay que señalar la grata sorpresa que representa escuchar en general el tratamiento a las composiciones del músico porteño desde la perspectiva de músicos más jóvenes, que aprecian su legado, pero que no dudan en darle un nuevo aire; en ese sentido destaco el hallazgo de Maiguai con “Tabú” y esa naturaleza de electrónica latina (casi una cumbia deconstruida).
La luz no deja de pulsar toma su nombre de uno de los temas de Amor Amarillo (1993) –“Pulsar”- y aparecerá completo el 9 de diciembre en plataformas y así poder apreciar cómo es que jóvenes creadores han dado un nuevo halo a joyas como “Crimen”, “Lago en el cielo” y una “Verbo carne”, que le quedó bellísima a Ana Barajas, pertrechada detrás de un piano.
Todos los seguidores de Gustavo Cerati habremos de disfrutar intensamente La luz no deja de pulsar pues tenemos la certeza de que su música sigue llenando nuestras vidas de magia y misterio; siempre supo que para él no había “Cosas imposibles”.
Mientras comienza a circular en plataformas ya se puede escucharse en Bandcamp.
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