“Así soy yo/ Un niño en un cuerpo de señor/ por eso dame barra libre, por favor”, una frase de esta naturaleza en casi todos los demás artistas estaría condenada al fracaso, pero no cuando se trata de Joe Crepúsculo, un devorador freak de la cultura de masas y de una enorme cantidad de música que procesa para llevarla hasta su chirriante universo sonoro; él utiliza ese pronunciamiento en “Así soy yo”, precisamente.
Dejo correr Trovador Tecno -el décimo álbum del de Barcelona- y se antoja la banda sonora para andar de juerga por La ciudad condal, perderse en sus bajos fondos y caer en un garito en el que esté tocando en vivo Joel Iriarte, detrás de sus cajas de ritmo y sintetizadores. Él produciendo un estruendo de música electrónica como salida de la mente de John Waters.
El tiempo pasa tan rápido que parece que fue hace un instante y no hace dos años cuando apareció el estupendo Supercrepus II, el hermano mutante de la que considero su mejor obra discográfica, obviamente llamada Supercrepus (2008).
Disco a disco, Joe Crepúsculo se pone más intenso y declara su gusto por el Bakalao, esa electrónica de baja estofa que estuviera de moda en España durante los noventa y en cuyos fines de semana se iba desde Madrid hasta Valencia atascado de tachas y sin dejar nunca de bailar y beber en los antros de la zona metropolitana de aquella ciudad.
Joe Crepúsculo cada vez se clava más en ese tecno verbenero y sólo él puede extraer oro sonoro del fango a través de piezas como “El tren de la bruja”; ¿alguien más se atrevería a tirar de un deep house clásico con evidentes reminiscencias a Underworld como lo hace en “Paranoia?
En Trovador Tecno (El volcán música, 2022) incluso cabe un extraño brebaje musical en el que mezcla bachata, pop y cajas de ritmo como lo es “Brindar”, que hace en compañía de la cantante Dani y cierra el disco. Como parte de su legado será probable que también quede en la memoria “Sol y sombra”, una rumba electrónica en compañía de Las negris y Ratón.
Los discos de Joe Crepúsculo no suelen ser perfectos, tienen altas y bajas pronunciadas, pero así es el personaje -excesivo, multicolor-; Trovador Tecno da cuenta de que no le interesa hacer concesiones y se aferra a personajes barriales, como en “José House”, para hacer lo suyo.
Joel ha subido los beats por minuto y se siente muy cómodo, seremos nosotros los que decidamos acompañarlo o no en su incursión nocturna para bailar y desmadrarnos con tragos de dudosa procedencia.
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