Música

Human Drama fractura la naturaleza de parte de su temario

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Ambulante 2024

Johnny Indovina no es, contra lo que pudiera suponerse, amigo de la nostalgia, pero sí lo es de la reinvención. Hace años, cuando lo tuve de frente, me dijo: “Siempre hemos tratado de hacer un álbum distinto en cada oportunidad, porque no queremos aburrirnos”, refiriéndose, claro, a Human Drama. Esta cita, frente a la próxima aparición de Ten small fractures, el más reciente disco de Human Drama en circulación a partir de este mes, se antoja prudente, porque recoge temas ya clásicos, pero retrabajados, con nuevos arreglos y una instrumentación de naturaleza acústica: piano, violín, flauta, guitarra clásica, bajo muteado, voz.

Sobre Ten small fractures se sabe que “las canciones pueden ser dolorosas en el momento, pero no son como los huesos rotos que se mantienen rotos; sino como pequeñas fracturas”. Esto lo dijo alguna vez Johnny en entrevista, recalcando que se trata de un trabajo íntimo, probablemente el más íntimo en la trayectoria del compositor. Es una obra que se dirige a la esencia de Human Drama, pero la explora de una forma más pura, al tomar las mismas letras, pero rodeándolas con una instrumentación que por momentos es mínima y que con el movimiento resultan más cálidas, como si fueran cartas dirigidas a cada uno de los oyentes. 

Al principio se extraña la energía electrizante y hasta paralizante de los originales; sin embargo, se trata de extraer la pulpa y mostrarla por primera vez; aunque ya en su concierto en la Sala Nezahualcoyotl de la UNAM se dio un adelanto de ello. Originalmente, Indovina y Mark Balderas —su cómplice de años— idearon para esa presentación una instrumentación de piano y guitarra acústica, pero finalmente la expandieron con violín y flauta. Para Ten small fractures la dupla optó por añadir a lo ya mencionado el bajo muteado y “no tener dobles tomas o capas”, esto con el objeto de que el álbum sonara como un grupo de personas tocando en el mismo espacio.

Resultado: una placa que le habla de tú a tú al escucha, plena de cortes melódicos, amables al oído, tersos y sedosos arreglos —un Mark Balderas excepcional al piano— y que no hace extrañar la faceta energética y poderosa de la banda y en cambio hace brillar canciones clásicas como “Blue”, “Dying in a moment of  splendor” —segundo sencillo del álbum—, “Tears”, “Ways and the wounds of my world” o “I bleed for you”.

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David Cortés

David Cortés

Escritor, periodista, melómano, escucha insaciable de rock mexicano y del mundo. Tiene la sospecha de que detrás de una buena canción, libro o película, siempre hay una historia de amor.

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