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El Sonido del Miedo II, por Carlos Edelmiro

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El Sonido del Miedo II, por Carlos Edelmiro
Ambulante 2024

El sonido es algo contra lo que hay que luchar,

es tu propio adversario.

Wayne Shorter

¿No es acaso, cualquier oyente,

de entrada y antes que nada, un espía?

Peter Szendy

La Oreja de Dionisio es una cueva artificial situada en Siracusa, en la isla de Sicilia. Según el padre jesuita Athanasius Kircher, ésta podría ser el primer ejemplo de una ecotectónica (arquitectura de ecos) utilizada con fines de vigilancia auditiva.

TXT: CARLOS EDELMIRO

La cueva fue una latomía (cueva de encarcelamiento) y se cree que Dionisio la utilizaba para escuchar los secretos de sus prisioneros desde puntos privilegiados, donde se pudiera escuchar sin ser visto. A diferencia de la Oreja de Dionisio, el panóptico que propone Bentham busca que el prisionero se sienta escuchado, incluso cuando nadie esté prestando oreja. La propuesta de Bentham es como un Panacousticon compuesto por una serie de tubos direccionados a las celdas desde una caseta central, con el cual los inspectores puedan dar instrucciones y escuchar a cada prisionero por separado.

oreja dionisio 2020 1
Oreja de Dionisio / fuente

«Oír es un evento fisiológico; escuchar una acción psicológica (…)

El acto de escuchar solo se puede definir por su objeto (de escucha),

o quizá mejor, por su alcance»

En el acto de escuchar, Barthes propone 3 tipos de escucha: la primera es el acto de oir, el cual compara con la que tiene la posible presa de un lobo o el posible depredador de una liebre, y la sintetiza como una escucha de alerta. La segunda la plantea como el desciframiento de algo, traducción de signos, cuando «hablamos el mismo idioma», digamos. «Aquí comienza el hombre», dice Barthes (¿si?). Por último, está la tercera escucha, la cual es un espacio intersubjetivo en el que ‘yo escucho’, significa también ‘escúchame’ y donde lo que interesa no es necesariamente lo que se dice, sino quién lo dice, esta escucha supone el reflejo de los significantes para llegar a unos nuevos. En otras palabras, es aquella escucha que no busca un significado u objeto de reconocimiento específico, sino que escucha activamente.

Las escuchas de Barthes no han sido las únicas: Theodor Adorno, Pierre Schaeffer, Michel Chion, Pauline Oliveros, Peter Szendy, entre otros que se me escapan, también han propuesto formas de escucha interesantes de escarbar. Estas propuestas de escucha[1] , no necesariamente se contradicen, pueden entremezclarse o en algunos casos asemejarse y es por esto que no quise dejar de mencionarlas. Sin embargo, la primera y segunda escucha de Barthes se ajustan bien para hablar de armamento sónico y espías.


Alerta / Signo

                             Estruendo / Morse.

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Desde tiempos inmemoriales, la escucha ha sido el arma sónica más poderosa.

La batalla de Jericó

«Josué hijo de Nun envió desde Sitim dos espías secretamente, diciéndoles: Andad, reconoced la tierra, y a Jericó. Y ellos fueron, y entraron en casa de una ramera que se llamaba Rahab, y posaron allí.Y fue dado aviso al rey de Jericó, diciendo: He aquí que hombres de los hijos de Israel han venido aquí esta noche para espiar la tierra.» (Josué 2:1, versión Reina-Valera 1960)

Según la Biblia, en torno al año 1400 a.C., Jericó fue la primera ciudad atacada por los israelitas tras cruzar el río Jordán y entrar en Canaán. Jehová le dijo a Josué «Mira, yo he entregado en tu mano a Jericó y a su rey, con sus varones de guerra» (Josué 6:2). El Arca de la Alianza rodeó la muralla de Jericó durante una semana. Al séptimo día, Josué ordenó a su pueblo que tocaran las trompetas hechas con cuernos de carnero y gritaran contra el muro hasta que finalmente cayó. Rahab y los suyos fueron salvados por haber ayudado a los espías «y habitó ella con los israelitas hasta hoy…», se lee en el versículo 25.

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fuente

Comúnmente se habla de Jericó por la potencia de sus trompetas, sin embargo, cuando ampliamos el panorama, este episodio devela esa arma sónica que se oculta entre las sombras, esa acción que busca pasar como inacción: la escucha. Según Keith Melton, el espionaje es el segundo oficio más viejo. Peter Szendy, incluso se aventura a postular que la escucha nació siendo espía y apunta al Génesis, a esa primera escucha edénica cuando Adán y Eva se ocultaron de Yahvé tras haber probado el fruto prohibido.

Peter Szendy, también señala que en el Larousse francés del siglo XIX, aparte de la definición académica, se mencionan otros usos para la palabra escouter (‘escuchar’): «Lugar cerrado, en un convento, desde donde puede seguirse el oficio sin ver ni ser visto. Pequeñas galerías en las minas donde puede escucharse si el minero enemigo trabaja y avanza. // Centinelas colocados en estas galerías para seguir el trabajo». Estas añadiduras al significado de escuchar parecieran ligar inevitablemente la escucha con el acecho y la defensa. El que escucha se esconde para no ser advertido, para tener acceso a aquello que no le pertenece: el secreto del ser amado, los planes del enemigo, el fruto prohibido del Edén.

«Una escucha que circula, permuta, que destroza..»

Barthes

Antes del radar

Antes de la invención del radar, durante la Primera Guerra Mundial se utilizaron captadores de sonido que amplificaban la escucha para localizar naves enemigas. Existieron distintos tipos de localizadores, pero los más comunes fueron los llamados war tubes, trompetas que recibían sonido para ser escuchados a través de un auricular. Otros eran los espejos acústicos, los cuales aún pueden ser encontrados en zonas rurales del Reino Unido, y con los que se reflejan y amplifican sonidos distantes. Ambos artefactos ayudaban a detectar hacia dónde viajaban las aeronaves a la vez que se podía calcular su tamaño.

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fuente: https://abandonado.net/
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Bolling Field, USA, 1921
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Localizadores sónicos alemanes, 1917

«El ruido es una fantasía del espionaje»

Mas imagenes de localizadores sonicos

Es evidente que, con las nuevas tecnologías, los localizadores y espejos acústicos han quedado en desuso; sin embargo, una actividad de espionaje que, a primera vista, parecería muy rudimentaria, pero que se sigue usando desde la guerra fría, es la radio.

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Las number station sonemisoras de radio de onda corta de origen desconocido que transmiten mensajes cifrados mediante voces leyendo secuencias de números, palabras, letras o, incluso, clave morse y secuencias musicales. Se cree que comenzaron durante la guerra fría, como una forma de comunicación entre agencias de inteligencia y sus espías. Aunque el argumento suena bastante convincente, la realidad es que hasta el día de hoy ningún organismo ha aceptado la utilización de las number station, por lo que este tema sigue estando dentro de los intereses de los conspiranoicos; y es que en la actualidad (aun con todas las tecnologías de comunicación) se siguen escuchando misteriosas transmisiones de este tipo, provenientes de diferentes partes del mundo. Aquí una captura de 2022:

Varios músicos y artistas sonoros han sido atraídos por la sonoridad de las transmisiones, utilizándolas en su música. Posiblemente, uno de los intentos más exhaustivos por conservar estos sonidos sea The Conet Project, un proyecto de archivo de number station que se compone de 5 álbumes, compilados por Akin Fernandez, fundador de Irdial-Discs,

Les comparto una playlist de música que ha sampleado number stations:  https://www.youtube.com/watch?v=K32zai-jDS4&list=PLoZ41KoW7bjhdBLjffjbbainE0_NMO4mP

Música en las number stations

Sintonizador de onda corta: http://websdr.ewi.utwente.nl:8901/?tune=14831cw

Oscar G. Hernández

Oscar G. Hernández

Hurgando y exhibiendo la médula de la narrativa gráfica, venga de dónde venga, sigue creyendo que lo único que salva a este pinche mundo pandémico es la cultura y el arte; el amor qué. Entre otras cosas, escribe sobre dibujos que hablan y mucho más.

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