Gillette compartió a través de sus redes sociales un nuevo spot que hizo reaccionar a los usuarios de internet, especialmente a los de Twitter. Se trata de un comercial en el que invita a los hombres a ser mejores y dejar de lado las acciones propias de la cultura machista. A terminar con la masculinidad tóxica.
Lo normal sería que fuera un comercial bien recibido, sin embargo, la reacciones fueron polarizadas. Gran parte de las usuarias y la comunidad LGTTTIQ lo aplaudieron, mientras que otra gran parte de usuarios llamaron a un complot contra la marca por este promocional dirigido por Kim Gehrig.
Kim Gehrig es una directora nacida en Australia y establecida en Londres que a lo largo de su carrera, ha obtenido premios como Cannes Lions. Además su trabajo tiene una marcada tendencia feminista como en “Viva la Vulva”, su spot publicitario para la marca internacional de productos de higiene femenina Libresse. Un trabajo donde celebra la diversidad, la libertad y lo hermoso de tener una vulva.
¿Pero por qué ofendió tanto a los hombres el comercial de Gillette?
El comercial desafía completamente a los hombres a dejar de lado su “masculinidad tóxica”, a erradicar todos los comportamientos que la cultura machista ha implantado y designado a su género para ser todo un “varón”. “Los hombres son hombres”, “los hombres no lloran”, “ya todo es acoso”, todos estos estereotipos con los que las niñas y niños crecen son desafiados en el comercial para “ser un mejor hombre”. ¿Qué es lo mejor que un hombre puede dar? Es la premisa principal de la campaña.
Los hombres que han crecido bajo los dictados de la cultura machista, se sienten vulnerables ante cualquier provocación que los desafíe a cambiar la idea de lo que son. Ante el miedo y la resistencia al cambio, algunos hombres y mujeres prefieren vivir en la sombra de lo retrógrado antes de decidirse a progresar ideológicamente.
¿Masculinidad tóxica?
El término “masculinidad tóxica” se ha esparcido en las conversaciones de café y en las más intelectuales, pero descifremos lo que en realidad nos dice. El concepto de masculinidad, encierra ya de por sí una carga estereotipada de lo que debe y no ser un hombre. La masculinidad por sí sola, ya es tóxica. En una observación radical todas las masculinidades (tóxica, hegemónica, etc.), deben de ser erradicadas, así como la idea de la feminidad.
“Boys will be boys”? Isn’t it time we stopped excusing bad behavior? Re-think and take action by joining us at https://t.co/giHuGDEvlT. #TheBestMenCanBe pic.twitter.com/hhBL1XjFVo
— Gillette (@Gillette) January 14, 2019
Aún estamos muy lejos de tener la publicidad que merecemos
El comercial de Gillette no es propiamente feminista, fue bien recibido por esta comunidad porque es un tipo de publicidad que les habla a los hombres. Los invita a cambiar a reeducarse y no pone en el centro del cambio a la mujer, sino al origen del problema.
Se trata de una comunicación que les dice a los hombres que el acoso no está bien, ni es “cool”, “los hombres deberían de “los hombres deben de responsabilizar a otros hombres”. Acción que los aliados de la lucha feminista, deberían de hacer.
Ahora que el tema está en la mesa desde hace varios meses. La publicidad y las empresas que se jactan de ser “socialmente responsables” deben de aprovechar las oleadas de cambios de paradigmas para reeducar las formas de consumo o por lo menos convocar a un cambio.
No solo sumarse por sumarse a los temas de la agenda política y moral como algunos lo están haciendo ya. Caber recordar la campaña de Tecate lanzada en 20016 en donde cerraba las puertas a los machos, “Si le pegas a una mujer, Tecate no es para ti”. También vale la pena recordar que toda la comunicación de esta marca de cerveza desde hace ya varios años ha sido dirigida precisamente a la cultura machista y una carta abierta a reforzar las conductas machistas.
El miedo por erradicar la masculinidad tóxica es el mismo que mata
En México las reacciones negativas sobre el comercial no se hicieron esperar. Resulta preocupante que en un país en donde suceden más de 7 asesinatos al día, el miedo por erradicar la masculinidad tóxica sea tan grande. Según información de El País, “el 36% de las mujeres asesinadas en 2016 fueron estranguladas, ahorcadas, ahogadas, quemadas, golpeadas con algún objeto o apuñaladas”.
En 2017 el número de feminicidios creció en un 18.1% en comparación con 2016, según datos del INEGI. En general el mecanismo implementado por le gobierno mexicano, Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres (AVGM), advirtió en 2017 que la violencia a la mujer iba a la alza en nuestro país. Para octubre de 2018 se disparó un 60% el asesinato de niñas de 0 a 17 años de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Igualmente según datos del SESNSP se registran 99 denuncias por delitos sexuales al día en todo el territorio nacional. Las violencias machistas han sido normalizadas a tal punto de aceptar el acoso, así por lo menos, conducta que refuerza la “masculinidad tóxica”. Los delitos sexuales contra la mujer tienen relación directa con las violencias machistas que se han normalizado a lo largo del sistema patriarcal.
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Resulta alarmante que un sólo comercial ofenda a tantos hombres por tratar de convocar a un cambio ideológico. Si bien, el spot de Gillette no cambiará al mundo si deja al descubierto que estamos lejos de un cambio de paradigma e ideología, por lo tanto, muy lejos de erradicar la violencia contra la mujer y además de tener la publicidad que merecemos.
