Música

Diles que no me Maten: La emancipación de los poetas eléctricos

/
247,826
diles-que-no-me-maten-la-vida-de-alguien-mas-progreso-nacional
Ambulante 2024

Diles que no me Maten lanzó su segundo álbum de estudio grabado en Progreso Nacional, La vida de alguien más, compuesto por nueve canciones nutridas por un nuevo sonido que, sin abandonar la ciudad por completo, se va al campo y al espacio a respirar. Luego de su Edificio (2020), los Diles… componen desde una metamorfosis que les otorga la libertad de incluir matices extrasensoriales a cargo de sintetizadores, cajas de ritmos, cello y saxofón. Otras voces, otros acordes. Guitarras orgánicas y una genuina autocrítica llena de sensibilidad que les otorga madurez artística. 

TXT:: Antonio Moreno

La vida de alguien más llega a nuestros oídos a través de los poemas de Jonás Derbez, quien se arriesga a encarnar posibilidades ajenas que surgen desde la universalidad de su generación. Se planta en la umbría con su solitaria voz mientras el sintetizador pulsado por Gerardo Ponce invoca estados de alerta y destellos de algún opaco color. El bajo de Andrés Lupone flota densamente cual neblina, acompaña los estallidos de la guitarra de Gerónimo García y se monta en los redobles de Raúl Ponce. 

Ellos resuenan en la creatividad que incita a mirar los rincones donde podremos hallar más de una verdad. Así, el leitmotiv de su obra permite a la artista Antonia Sánchez Armendáriz configurar un rompecabezas a cianotipo, como la portada de La vida de alguien más. También, como una extensión de la agrupación cosmopolita, la cellista y compositora Mabe Fratti tiñe el ambiente

“Hoy es un día cualquiera, pero yo ya no soy yo”: comienza la primera canción de La vida de alguien más. Jonás detalla qué es lo que escucharemos en los siguientes temas, su voz vibra y vibran las cuerdas de Mabe que se diluyen en una lluvia de brillantes sonidos. “En el inicio del inicio hay algo, algo que no sabe lo que es, pero sabe que es…”. Entonces la lluvia invierte su naturaleza, surge de abajo hacia arriba. 

Petricor. diles-que-no-me-maten-la-vida-de-alguien-mas-progreso-nacionalLa segunda canción es el primer sencillo del álbum homónimo. Un punzante sintetizador baila, apuñala el eco de una época desolada, mas no perdida. Otro sintetizador anda solo por las calles de esta ciudad: benévola influencia del productor Hugo Quezada. La espástica tarola de Raúl es culpable de la iluminación nocturna, dispuesta a empapar la edificación de las frecuencias bajas de Lupone. “Déjate entrar dentro, dentro, de ti”. ¡Suenan las alarmas! “Cambia tu vida, cámbiate a ti”. El ambiente se rompe como una fotografía con el sollozo del saxofón heredado y yuxtapuesto de Jonás que termina por abandonarse al silencio. 

“Igual que ayer”, una sirena de aguda presencia. Se conceden caprichos bélicos que dan calma; “aléjate, aléjate un paso, un paso más”. El caos, por magnífico que sea, tiende a perder su energía, se aleja. Se aproxima el alba dejando atrás la oscuridad… “Wako”. Bucólico, Jonás se entona desde la frescura de la mañana. En este tema, los Diles… huyen de la ciudad acompañados por la rebeldía blusera. Armónicas atraviesan el paisaje como a una caja de mago con espadas de verdad; desenvainan el espíritu, lo llevan a otra realidad. Así es como “Los gusanos respiran por la piel” comienza, con la libertad del viento que raspa las cavidades del aliento humano. Descomponen la música, así como los gusanos descomponen el cuerpo. diles-que-no-me-maten-la-vida-de-alguien-mas-progreso-nacionalCon un groove jazzístico ligado al hip-hop surge “Vanidad”. El sintetizador, de nuevo, nos cuenta otra historia; el crash de Ponce lo despierta: ¿¡quién es él!? Se cierran las cortinas del club imaginario, sólo queda la banda tocando, lista para la progresión armónica que culmina con la pregunta constante, en el solo de sax desesperado por encontrar la respuesta… y la base que no se cae. 

Sé… Sé… Sé… que nos están mirando mal. A ti y a mí. Y sé, que son las luces de la noche, las que no dejan mirar, aquello que veo bien en la completa, completa obscuridad”. La melancólica voz es atravesada por otras que emergen de la pared contra la que choca, choca con todo aquello que les define. El bajo es densa niebla, otra vez. Navega en la completa oscuridad. “Y sé, que nos están mirando mal, por lo que hacemos de los días. Todos los días y al final, sé que no hay yo. Sé que no hay lluvia. Sé que no hay nada”.  diles-que-no-me-maten-la-vida-de-alguien-mas-progreso-nacionalLas guitarras, los sintes y la batería acompañan al protagonista y el espacio ahora es completamente suyo. El cosmos del arpegio de teclas digitales afirma presencias extraterrestres de edificios, autos, smog, charcos, fábricas y rincones que guardan cada suspiro de sensibilidad de su “Outro”. Entonces, como tocado por Efraín Huerta, la voz principal recita un poema adornado con cantos a lo lejos, “Noticias del espejo”. Hay quien lamenta la ciudad, los Diles… profanan el silencio de mármol con azotes metálicos y guitarras valientes. Mabe Fratti vibra, relampaguea y desborda los tintes aciagos del tema. “Sol, límpiame estos ojos de tanto, tanto mirar”. 

“2021”, la última canción del disco, es un azar cosmológico del sonido. “Para siempre hay un momento, entre el cielo y el cemento… y es mejor”. La caja de ritmos mantiene la cadencia de la guitarra y el bajo mantiene la delicadeza sintetizada en frecuencias altas. La voz cumple su apariencia terrenal, pero las palabras logran llegar al cielo. Los finos golpes de Raúl Ponce aparecen sin desplazar a la caja de ritmos, y como un ser ancestral percute los tambores que envuelven una música humana, hecha con carne y verso. Hecha de La vida de alguien más. diles-que-no-me-maten-la-vida-de-alguien-mas-progreso-nacional

Staff

Staff

21 años hablando de cultura pop nos respaldan. También hacemos Festival Marvin.

Auditorio BB