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Colombia y su inspiradora adversidad – #LaLámparaDelLadino

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Colombia y su inspiradora adversidad – #LaLámparaDelLadino
Ambulante 2024

Hace poco tuve la oportunidad de hablar con Álvaro Gonzalez, mejor conocido como El Profe, director de la estación colombiana Radiónica, con gran influencia en todo el país. Su amplio conocimiento de lo que sucede con la música en Colombia me motivó a preguntarle sobre lo que está pasando allá, y aproveché para tocar muchos otros temas que hacen a su actualidad.

Colombia es un país con una serie de particularidades únicas, aunque comparte algunas similitudes con otros países latinoamericanos. Las guerrillas, el narcotráfico, la violencia, asuntos políticos turbios, una gran diversidad natural, migraciones variadas de larga data y una reciente explosión artística. A esto debemos sumarle el nuevo factor: la pandemia. Los invito a leer la charla que llevamos y toda la información que me compartió.

Hace poco estalló un escándalo de espionaje del gobierno a la política y al periodismo en Colombia. ¿Antes de hablar de Coronavirus, cómo describes la crisis que está pasando en tu país?

Infortunadamente es una situación de muchos años. Colombia tiene un historial de violencia, corrupción y situaciones no muy transparentes. Esto ya es de décadas, Manú. Hay una preocupación profunda porque un pilar gigante de la democracia es, justamente, la libertad de prensa, el respeto por la diferencia de criterios y el poder garantizar las investigaciones periodísticas. El problema no es lo que ha ocurrido recientemente sino que esto es parte de nuestra historia. Tenemos referencias de finales de los 70, inicios de los 80, época en la que Colombia entró en un proceso de prescripciones políticas. Este es un país que ha tenido una guerra larga. A pesar del proceso de cese del fuego, de paz, de muchas décadas, aún existe el LN, que es una guerrilla activa, las disidencias de las FARC. Esto es algo que nos contaban nuestros padres y abuelos que se empezó a potenciar a finales de los años 70 y posteriormente llegó la guerra con el narcotráfico que permeó en todas las instituciones colombianas. Entonces tiene un historial de décadas, algo complejo cuando estamos construyendo una democracia. Y me preocupa que en 5 años o menos es posible que volvamos a estar hablando de lo mismo. La cifra de la violencia en Colombia es muy triste. Como dicen, en toda guerra la primera baja es la verdad y la prensa tiene esa función de buscarla.

¿Qué tipo de violencia hay en Colombia?

Es una buena pregunta porque tenemos muchos factores de violencia. La de las guerrillas (ELN, FARC, paramilitares), la violencia común, la del narcotráfico y la de género. Lamentablemente hablamos de un país con violencias, en plural. Por eso es tan importante el arte para un país como Colombia. Más allá de ser una celebración o pertenecer a un mercado sonoro, el arte es un grito de supervivencia, para crear memorias. Nos montamos un instrumento en vez de un fusil como símbolo de demostrar que estamos en contra de la violencia.

¿Piensas que hay una polarización fuerte en este momento en Colombia?

Siento que es un fenómeno latinoamericano y quizás mundial. Observamos lo que está pasando en Hong Kong, algunos países de Medio Oriente, también viene siendo muy fuerte en Chile, Puerto Rico y, en el caso de Colombia, venimos de muchos procesos de polarización muy profunda. Más allá de todo Colombia tiene un porcentaje muy alto de abstención electoral y esta cifra en particular implica más a la gente joven del país. Espero, pensando en positivo, que las nuevas generaciones entiendan lo importante que es el ejercicio democrático, porque independientemente de a quien vayan a votar creo que estas son oportunidades para reflexión sobre temas fundamentales. Insisto, la violencia en Colombia se mantiene. Hoy tenemos más muertos por violencia que por coronavirus. Igual, siento que es una situación continental, de un sistema político que no es justo para todos. Nosotros somos privilegiados, tenemos un trabajo y podemos subsistir, pero la gran mayoría de la gente en Latinoamérica no tiene las mismas garantías que nosotros.

¿Eres creyente de las teorías de conspiración?

Es un tema, con todo respeto, desde el morbo, increíble. Poder leer tantas teorías. No tengo el tiempo suficiente, pero me parece fascinante.

En algunas de ellas se habla de que Latinoamérica no se ha unido, sino de que son planes orquestados. ¿Será una forma de mantenernos siempre en crisis?

Total. Nos hemos llevado sorpresas no gratas sobre ello. Parece que no hay una forma para arreglar socialmente a Latinoamérica. Es un problema muy profundo.

¿Cómo la llevan con el vecino Maduro?

Es una situación compleja. En mi caso, la mitad de mi familia es venezolana, por lo tanto esto me rompe el corazón y también me confronta como ciudadano del mundo. Venezuela está en un proceso de migración muy grande, quizás aún mayor que en Siria. Y cuando comienza a llegarnos su población  lamentablemente el país ha empezado a demostrar en algunas partes una xenofobia muy profunda, algo que me duele en el alma. Y por otro lado es una situación difícil de entender. Al lado de nosotros está el país más rico de Latinoamérica y en este momento tienen una de las condiciones sociales más duras en el mundo.

¿Colombia está haciendo algo puntual para apoyar esta crisis con Venezuela?

Ningún estado estaba preparado para una migración tan fuerte. Pero viendo el lado positivo vemos a mucha gente de Venezuela ya integrada en la sociedad colombiana. Por otro lado, Bogotá en los últimos 15 años ha tenido un proceso de multiculturalidad muy importante. Antes estábamos encerrados en Colombia. Primero hubo migraciones locales muy fuertes y entendimos que la multiculturalidad es algo absolutamente necesario. Y luego comenzaron a llegar migraciones muy fuertes de extranjeros al país. Quizás por eso Colombia es una potencia musical. Es un país diverso, sin purismos alrededor del arte. En esto he visto a muchos venezolanos y venezolanas naturalmente incluidos en las dinámicas sociales y culturales del país. Esto lo enriquece.

¿Qué podrías decirme sobre las fusiones musicales en Colombia?

Colombia es un país de migrantes, con una fuerte concentración de herencia africana en el caribe y el pacífico, y son completamente diferentes desde la perspectiva de construcción sonora. También tenemos una migración europea que no solo es española. Hay zonas donde hemos tenido una gran migración alemana. Y luego tenemos una gran población indígena y los mestizos, que es el gran porcentaje. Somos un país con 2 costas, muchos picos por encima de los 5000 metros (eso significa nieve), llanuras gigantes, amazonas y una región montañosa. Es un país híbrido por naturaleza. Y musicalmente también. Es un ejercicio que data de hace muchos años y no solo por la música folklórica. El rock demoró mucho en encontrar un lenguaje único. Fue importante un músico británico llamado Richard Blair que tiene un grupo llamado Sidestepper. El le dio mucha seguridad a la música colombiana. También, sin duda alguna, el combo de Carlos Vives que mezcló el vallenato con el rock y una banda esencial que se llama Distrito Especial que fue una semilla importante. Durante los 70’s Banda Nueva tuvo esa génesis de mezcla entre el folklore con el rock. Pero la explosión como tal sucede en la primera década del siglo XXI y es cuando Bogotá se convierte en un epicentro cultural internacional bastante fuerte. Eso también es el resultado de lo que te he hablado. Las violencias del país y las migraciones de las capital colombiana. Si bien no es tan grande como la Ciudad de México, Bogotá ya tiene entre 11 y 12 millones de habitantes y es una ciudad híbrida. Eso es algo que me fascina de aquí.

¿Qué es lo que hace que Colombia tenga estas mega estrellas mundiales como Shakira, Juanes, Maluma o J Balvin? ¿Cuál es la maquinaria para tener esta potencia?

Yo creo que tiene mucho que ver con el hambre real de hacer música para trascender sea cual sea la perspectiva. La violencia ha sido un factor importante, porque la respuesta natural hacia ella ha sido la música. Por eso es tan poderosa. La Shakira adolescente quería comerse el mundo porque sencillamente también nace en una región compleja. Hay un talento innato y hemos tenido la suerte de tener una generación que tuvo la posibilidad de renovarse. Estamos hablando de mega figuras internacionales. Y todos esto movimientos traen lados B que son igual o más interesantes en muchas perspectivas como Superlitio, en su momento, o ChocQuib Town y Monsieur Perine hoy. Bomba Estéreo fue el resultado natural de un lenguaje completamente único. Yo creo que el tener un país tan adverso y que cohabita a diario con la muerte nos ha llevado a tener una música tan valiosa: el afecto como efecto contrario a la muerte.

Iba a preguntarte si el narcotráfico es un tema ya superado en Colombia pero, por lo que escucho, no parece…

No. Si bien es claro que el tráfico se fue para México, aquí siguen existiendo los micro tráficos y son un problema evidente para el país. Infortunadamente para México se ha concentrado allá, y esto lo vemos con dolor y de forma solidaria, pero aquí sigue siendo un tema transversal. Si bien ya no existen las grandes figuras igual sigue circulando el negocio a través de cárteles más pequeños.

¿Sientes que el narco se haya involucrado en la industria de la música?

Claramente estuvo involucrado en el deporte, ahí fue mucho más evidente pero en la música, estaría especulando. Puedo hablar de Carlos Lehder, un narco que ya está preso en Estados Unidos, que trajo a los Rolling Stones a tocar a su finca en Colombia durante los 70’s u 80’s. Y se habla de muchos artistas gigantes tocando para los narcotraficantes. Tocaría ver, pero sería especular y podría ser impreciso e injusto con mi apreciación. Pero creo que el narco ha generado una influencia en algunas culturas sonoras que son evidentemente machistas. Lamentablemente ha creado un nuevo imaginario de cómo debe ser el arte y muchas cosas, dando una idea de que la plata y el afecto son fáciles, y ahí veo una influencia nada positiva para el país, sin verme moralista. Puede que algunas generaciones crean que el objetivo de la vida sea conseguir plata fácilmente y volverse héroes o heroínas.

¿Cómo ves la tropicalización del coronavirus en Colombia?

Colombia fue uno de los primeros países en adoptar una cuarentena y ya lleva un buen tiempo. Ahora estamos empezando a experimentar un aumento de cifras pero, por la escasez de pruebas y las duras condiciones económicas de la población, aún no sabemos hacia donde nos va a conducir el coronavirus. Todo el mercado cultural se ha visto muy afectado. Hemos visto que las bandas han comenzado a generar una solidaridad entre ellos, lo cual me parece muy bueno. Es uno de los sectores que va a estar más afectado, de los que va a necesitar más inversión para poder reinventarse y que no tengamos al teatro, la literatura o música entrando en una crisis tan profunda. Imagina el mundo sin arte, sería un desastre. Creo que estamos con problemas muy comunes para toda Latinoamérica y ojalá encontremos soluciones comunes para todos en el caso del arte.

¿Sientes que en tu país hay una gran dependencia del estado para que la cultura musical exista?

El país tiene una tradición de décadas de festivales gratuitos que se hacen por medio del estado como Rock al Parque y Hip Hop al Parque. O también eventos como Altavoz en Medellín o festivales en Cali. Pero estábamos viviendo una época en la que se estaba equilibrando la oferta de lo público con lo privado, lo cual me parece muy sano. No se que vaya a pasar después de esto porque seguramente lo particular, y también lo público, van a quedar lesionados económicamente para lo que van a ser los mercados musicales.

¿Crees que alguien del gobierno esté visualizando la tremenda debacle económica que le espera a la iniciativa privada de la industria musical?

Tengo 2 respuestas. Una poética y otra sobre la esperanza. Confío en que el circuito y todo el ecosistema no se vea tan perjudicado y que existan planes que ayuden a que no colapsen las líneas culturales del país. Siento que sobre eso tenemos mucho que aprender. Veo que los artistas no se ven tan unidos aquí para ciertos puntos como se ve en otros países. Luego, quiero tener la esperanza de que en la post pandemia nos van a salvar las canciones. Algo musicalmente muy grande tiene que salir pasando esto, sea un nuevo genero o lo que sea. Pero por eso te digo que tengo la esperanza de que las canciones nos van a salvar. Como te dije, es una respuesta poética, pero también vale.

La conclusión que saco es que no veo muchas voces de gobierno con apoyos concretos para la música, ¿verdad?

Creo que tiene que entrar en la mesa en algún momento. Pero también pienso que es general. Salvo Alemania, donde he visto un apoyo para el sector cultural, no he visto de parte de ningún gobierno una política concreta para el arte. Creo que esto ha sido un aprendizaje a partir de la situación tan fuerte que estamos viviendo. Ese diálogo tiene que llegar y espero que en ese momento las dos partes implicadas estén muy claras e iluminadas y puedan ofrecer soluciones importante alrededor del sector de la cultura.

¿Cómo ves el día después de mañana en Colombia para la música?

Voy a retomar una entrevista que le hice a Tweety Gonzalez hace algo más de un mes. Creo que no vamos a ser los mismos después de la pandemia. Y hablando de la situación de los artistas independientes en Colombia, es muy difícil que el público pague por ver a sus artistas. Es importante que el público entienda que los artistas viven de sus shows y de vender su merchandising. Yo, por ejemplo, espero pagar mis entradas por ver a las bandas que quiero ver, y creo que la gente también estará ansiosa de ir a los shows y escuchar sus historias.

¿Crees que la cultura la proveída por el estado gratuita es causante de que el público no quiera pagar por ir a un show?

Total. Por eso me parece tan importante el equilibrio entre la propuesta pública gratuita y la privada pagando para ver espectáculos de alta calidad. Y creo que se estaba logrando ese ejercicio muy interesante donde la gente entendía la dinámica de lo gratuito pero también la dinámica de lo que tiene un costo. Vivimos en un país donde comprar una entrada es casi un acto de heroísmo y llevamos 3 décadas de festivales gratuitos. Ojalá eso cambie y no digo que deben acabarse los festivales gratuitos, sino seguir trabajando el equilibrio entre las propuestas públicas gratuitas y privadas pagadas.

Por último, queremos tus predicciones ¿Qué día volverán los conciertos al 100% de capacidad en Colombia?

Uff. Es que dependemos de una vacuna. Pero bueno, daré una respuesta con fe. Noviembre 2020.

Para despedirnos, los dejo con una banda bogotana de garage y su canción “Quiero Bailar con tu mamá”

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