Hay debuts discográficos que llegan a nuestros oídos cargados de altas expectativas. Tal es el caso de Britti y su Hello, I´m Britti. Once composiciones que encuentran en “Save me” una afilada punta de lanza, la cual abre la puerta para hallarse con una chica que pareciera tener en las venas lo necesario para saberse en el lugar adecuado con el álbum correcto y, así, casi todo lo bueno que a su alrededor se cuente resulte ser cierto. Sí, la mujer es sensible y se resiste, porque sus raíces son profundas.
Si bien desde el primer compás que de Hello, I´m Britti suena queda claro que se está ante una chica con tablas interpretativas a su favor, es importante alabar la simpleza con que la mujer se pasea por diversos estilos, sin jamás lucir desencanchada. Y es justo esa versatilidad la que le augura un futuro prometedor. Su paso inaugural lo certifica. Apenas Britti deja escuchar que sus raíces llegan muy abajo, al mismo tiempo hace evidente que se trata sólo el comienzo y que sus miras son lejanas. Pensar en su futuro con ejemplos como los de Dusty Springfield o Carole King no es descabellado.
No es casualidad que Hello, I´m Britti esté producido por Dan Auerbach. En realidad la obra está fuertemente anclada a Nueva Orleans, aunque jamás teme acercarse a sonidos contemporáneos (a ratos está ahí Amy Winehouse, por supuesto, pero también Corinne Bailey Rae) mientras la voz de Britti fluye entre tracks cuya inspiración, se ha sabido, se encuentra en la desilusión amorosa; esa clase de traba que en cierta época de la vida se entiende como fundamental. En este caso, por fortuna tenemos un disco que va de la reflexión al upbeat con asombrosa congruencia. El discurso está hilado a mano.
Grabado con músicos que se codearon con Sharon Van Etten, Amy Winehouse, Wu Tang Clan, Alison Krauss y Robert Plant, Hello, I´m Britti significa, para su autora, un “mensaje de amor al mundo” que va a permitirle “que la gente me vea” y al mismo tiempo que sus escuchas “puedan sentirse vistos”. “Espero redefinir la percepción de la vulnerabilidad y la sensibilidad para crear un espacio para la resistencia y la fuerza”, contempla Britti. Y desde acá le decimos que no tema, que sí, que así está sucediendo.
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