Cine/Series/TV

‘Soy tu fan’: un romántico daño generacional

/
263,404
‘Soy tu fan’: un romántico daño generacional
Ambulante 2024

Hace pocos días se estrenó el tráiler de la película que dará continuidad a la serie Soy tu fan, misma que arrancó transmisiones por ahí de 2010, llegando a mi generación cuando oscilábamos entre los 15 y 20 años de edad para volverse todo un suceso. Twitter se inundaba de comentarios: canal 11 nos daba contenido de calidad al llevarnos de la mano desde Bizbirije, pasando por El mundo de Beakman y El diván de Valentina, hasta darnos la estocada final con Soy tu fan. Una serie sencilla, sin grandes valores de producción, con un lenguaje coloquial y una música perfectamente seleccionada para ambientar escenas tan “comunes como las margaritas”. 

TXT:: @brandon.sanshez

Soy tu fan nos sumerge desde el primer capítulo en la historia de un vato regordete enamorado de una morrilla confundida que recién se está separando de una pareja tras varios años. Así iniciamos con el reflejo a nuestra realidad: ¿quién no desea un Nico en su vida?, ¿quién no ha tenido a un Julián que no termina nunca de irse?, ¿quién no ha sido una Charly que siente que la caga hasta cuando respira?; ¿quién no cuenta con una Fer o una Chio para sacarnos del hoyo?, ¿quién no ha visto a sus papás tener actitudes pueriles?, ¿quién no ha ido con su abuelita para hablar de cómo la vida se está pasando de lanza? 

Podría parecer exagerado esto: en su momento, Soy tu fan nos fue preparando para lo que sería de nosotros en los próximos años y, al mismo tiempo, nos dio algo que tal vez entonces no estaba del todo claro: una mirada al futuro, a la vida del treintañero que vive una constante agonía entre lo que quiere y lo que puede hacer, un ir y venir de aciertos, errores, amor, desamor y viceversa. Soy tu fan generó algunos daños en la generación que hoy día está a punto de empezar a chavorruquear porque, ¿qué pedo con la “romantización del amor”?

Si bien no todos cayeron en la trampa, varios sí fuimos tocados por esta idea de que en algún momento se presentará de forma cósmico-musical un Nico en nuestra vida, un tipo que te va a cantar “Tú de qué vas” de Franco de Vita a todo pulmón, que te cumplirá el sueño de la infancia de viajar en globo aerostático; un wey del que no necesitarás reciprocidad emocional pues sólo tendrás que ser tú, un vato que va a entender todos tus desórdenes mentales y verá la belleza que existe en ellos. Un tipo que sabrá quitarse de en medio, pero al mismo tiempo estará cuando más lo necesites.

¿Cómo no quedarnos esperando vestidos de blanco con un ramo de flores en la mano a que llegue este amor perfecto, sin nada más que lidiar con la idea de que, a lo mucho, aspiraremos a tener una perra llamada Yoko porque vivimos en la era del miedo al compromiso? Nos enseñaron de todo, menos a estar solos. 

Otra quejita para Soy tu fan: el espejismo que nos vendieron cuando todos los personajes cuentan con casa propia en la ciudad (aunque esto se va desdibujando con los problemas financieros de varios de ellos). Nos hicieron creer que la vida de adulto auto sustentable, financieramente hablado, podía ser una realidad; difícilmente creíble la vida de una Charly independiente que, escribiendo su tesis por años, puede pagar terapia, mantener un perro, salir de fiesta, tener coche propio, prestarle dinero a su familia y vivir en Coyoacán.

Esto da cabida a que nos reflejemos como fracasados. Porque el dinero no lo logramos estirar como ella, ni como Nico que puede vivir con su hermano en un depa chingón, con un huerto que a la vez es negocio emancipador del horario Godín que sólo deja tiempo para llegar a casa y ver capítulos a medias de alguna serie pinchurrienta que estás obstinado en terminar, sólo por las horas que ya le invertiste. 

La realidad fantástica va del cine y la música al Arte. Se trata de creer. Creer que para todo habrá una solución mágica proveniente del cosmos y los signos zodiacales, que encontraremos un lugar seguro en alguna parte del mundo, que tendremos el tiempo suficiente para ir de viaje. Pensar que los amigos serán inmaculados, que nunca nos defraudarán, que seremos Nico y Charly viviendo el maldito sueño de encontrar en alguien a un compañero que estará en nuestras vidas en las malas y en las peores, en las risas y las alegrías.

Pero no me mal interpreten, yo también quiero un Nico en mi vida, cumplir mis metas y tener la firmeza de Charly. Quiero a Fer y a Rocío en los momentos más tristes y que mi mamá encuentre la felicidad como sea. Quiero que mi hermana triunfe en el gabacho y que mi mejor amigo encuentre la paz interior. Quiero que al final del día suene una canción de Carla Morrison y que el silencio me haga saber que todo está o estará bien, aunque tenga que vender seguros.

ESTO TAMBIÉN TE PODRÍA INTERESAR:

Staff

Staff

21 años hablando de cultura pop nos respaldan. También hacemos Festival Marvin.

Auditorio BB