De entrada, pudiera decirse que lo que provocó la aparición de The Smile, la banda formada por los miembros de Radiohead, Thom Yorke y Jonny Greenwood y el baterista Tom Skinner, o lo que debería provocar, es un efecto dominó que nos lleve hasta Sons of Kemet, el grupo de jazz de vanguardia en el que milita el baterista y percusionista, dado que su calidad es enorme.
TXT:: Juan Carlos Hidalgo
Por supuesto, que una cosa lleva a la otra, y a ello sumemos la Teoría de los vasos comunicantes -esos elementos comunes que subyacen en el fondo de un contenedor de líquidos-, y es que en Sons of Kemet, Tom Skinner realiza una labor muy importante, dado que la polirrítmia es fundamental en un jazz de avanzada que abreva en el afrobeat y ritmos caribeños hasta rozar el grime.
Se trata de un cuarteto al que completan Theon Cross (tuba), Eddie Hick (percusiones y batería), bajo el liderazgo de Shabaka Hutchings, en el saxofón y el clarinete. No hay que darle muchas vueltas para decir que se trata del grupo que los seguidores de Kamasi Washigton deben de conocer, ya que el calado de su obra se equipara en profundidad y trascendencia.
De hecho, “Black To The Future” -su cuarto álbum- abre con las palabras del poeta Joshua Idehen diciendo: “No quiero tu igualdad, nunca fue tuya para dármela, e incluso entonces fue demasiado pequeña, demasiado poca, demasiado tarde”. Es así como “Field Negus” se convierte en una proclama política desde los primeros segundos.
Aunque hay que recordar que ya su disco anterior, Your Queen Is a Reptile, puso sobre la mesa el el racismo en la Monarquía británica, desde antes de que estallará el escándalo de Meghan Markle. Por ese disco estuvieron nominados en 2018 al Mercury Prize.
Pero si volvemos a Black to the future (Impulse/Universal, 2021) encontraremos verdaderos alegatos sobre la condición afroamericana; ahí está “In Remembrance of Those Fallen”, que está dedicada al movimiento Black live Matters y al asesinato de George Floyd.
Sin duda que Sons of Kemet son continuadores de la obra de un artista libérrimo como lo fue Sun Ran y que le dio eso toque sideral al jazz de su época y lo liberó de muchas cadenas.
Para cerrar su Lp más reciente, regresan al spoken word de Joshua Idehen y su discurso se encarama hasta lo más alto: “Esta lucha negra es un baile, este dolor negro es un baile, sólo deja a los negros ser; ya tienes el mundo, sólo deja a los negros ser, déjanos en paz”.
Thom Yorke y Jonny Greenwood buscaban un músico extraordinario para que pusiera los ritmos en su nueva banda y lo consiguieron con Tom Skinner; agradezcamos el efecto colateral porque han dado mayor visibilidad e impulso a Sons of Kemet, una agrupación -excelsa técnicamente- que dota al jazz de un discurso combativo muy bien logrado.
