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Niño de Elche y una celebración de amor y muerte

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Niño de Elche y una celebración de amor y muerte
Ambulante 2024

Abrir brecha nunca será sencillo, dado que siempre surgirán obstáculos y reticencias; Niño de Elche se ha impuesto a cualquier tipo de oposición y envuelto en una bandera de total libertad creativa está llevando al flamenco a un punto de renovación inesperado y fascinante.

TXT:: Juan Carlos Hidalgo

Flamenco. Mausoleo de celebración, amor y muerte es una obra completamente robusta, estrujante y conmovedora, y en la que hay que subrayar el trabajo de Refree en la producción y la manera de clavar esas guitarras rugosas y cuasi punks en una obra que es una elegía ante las pulsiones más tremendas de la existencia.

Francisco Contreras Molina – Niño de Elche– es un cantaor de una voz poderosa y rigurosas bases académicas, pero también es un teórico que sabe muy bien como transitar en el sendero de la evolución, por más que “Seguiriya madre”, al lado de Rosalía, muestre que lo mejor de la tradición se encuentra intacto.

En México lo tuvimos alternando hace muy poco con exponentes del Canto cardenche -otra expresión viva del dolor-, un poco antes de que apareciera este Flamenco. Mausoleo de celebración, amor y muerte con sus 14 cortes, que abre en un punto altísimo del drama y el performance en “Plañideras”, junto a la artista conceptual Angelica Liddell; desde los primeros segundos se aprecia que esto va muy en serio.

Luego viene Rosalía y esa “Seguiriya madre” que es brillante y nos encamina a “Canto por no llorar” en compañía de la guitarra Yerai Cortés, una pieza sumamente lograda y con un arreglo exquisito que va de la desnudez instrumental casi al virtuosismo. Se trata de un tango argentino que años después fue trabajado por bulerías y que ahora esplende con toda su belleza.

Mausoleo de celebración, amor y muerte es una experiencia estética para escucharse completa y que abre espacio para el sufrimiento, pero también para las pasiones y su recuperación… hay luto y fiesta, hay duelo y orgasmo.  Y claro, hasta un aliento lorquiano en “Saeta gitana entre dos hombres”.

Destaquemos al cierre del álbum, “Soleá bailable”, otra vez con Yerai Cortés a la guitarra y ahora con Rocío Molina marcando el tema con su taconeo, además de “El último fandango”, en el que su colaboración con Refree se completa y muestra su total grandeza y que incluye una estrofa que lo redondea todo: “Muerto tengo el corazón/ desde que moriste tú/ muerto tengo el corazón/ estoy de noche y de día/ llorando al pie de una cruz/ con la esperanza perdía…”.

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Juan Carlos Hidalgo

Juan Carlos Hidalgo

Embajador de Tuzolandia por el mundo. Su novela más reciente es 'Ya no más canciones de amor' (Ed. Gato Blanco). En Marvin, coordina las colecciones 'Rock para leer' y 'Tinta sonora'. Forma parte de la Red de Periodistas Musicales de Iberoamérica (REDPEM). Su libro más reciente se titula 'Una ópera egipcia', poemario a partir de un álbum de Los Planetas.

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