Vaya equipo. Jorge Rebenaque, Ramón Gacias, Jordi Mena, Quino Béjar, Robert Castellanos y Álvaro Suite. Músicos que provienen de historias sonoras memorables, que marcaron la vida de varias generaciones en Iberoamérica, como Jarabe de Palo, Carrots, Suite, Los Rebeldes, Días de Vino y Rosas y, por supuesto, Enrique Bunbury. Hoy día estos amigos conforman una banda que camina con voz e identidad propias y que presenta su primer material discográfico, A la orilla de los inocentes. Con ello como pretexto nos acercamos a Álvaro (AS), Robert (RC) y Quino (QB) para charlar.
TXT:: Luis Hill
Siendo precisos, ¿quiénes son Los Santos Inocentes?
AS. Somos una banda de rock que nació y creció alrededor de la carrera de Enrique Bunbury durante 17 años, acompañándolo en giras y conciertos; pero sin identidad propia. Éramos como los Bad Seeds de Nick Cave, o los Heartbreakers de Tom Petty. Luego, debido al cambio en la carrera profesional de Enrique, decidimos todos, por gusto y necesidad propia, seguir; aunque esta vez con nuestras canciones y una propia línea artística. Derivado de ello acabamos de sacar nuestro álbum A la orilla de los inocentes.
Su mas reciente single se denomina “Los sueños de otros”, título que me hizo pensar que en alguna parte de su pasado con otras bandas, quizás estaban aportando al sueño de otros. En este momento, ¿está viviendo cada uno su propio sueño?
AS. La respuesta es sí. Llevamos tanto tiempo juntos que es como darle continuidad a eso, a un sueño. Estar tocando en México, presentar nuestro disco y presentarnos en el Festival Vive Latino y tener contactos con los medios es algo que, claro, habíamos tenido con anterioridad; pero esta vez es nuestro, totalmente.
RC. Para mí, el sueño es estar con todos y cada uno de estos santos inocentes, seguir juntos. Teníamos la opción de grabar un disco cada uno de nosotros en solitario, pero decidimos hacerlo unidos. Porque si yo grabara un disco en solitario querría a Álvaro y Jordi conmigo; y si Quino realizara su disco nos querría a los demás como músicos de grabación.
¿Cómo fueron naciendo las letras y canciones de A la orilla de los inocentes?
AS. Robert, Jorge, Jordi y yo hemos compuesto durante muchos años, pero siempre se quedaban carpetas en el ordenador; algunas pasaban a manos de Enrique, otras iban para algunos artistas. Cuando nació el sueño de seguir juntos nos dimos cuenta de que teníamos todo para continuar. En este disco el 95% de las letras son de Robert Castellanos, y para ser sincero estoy muy sorprendido. Llevo tocando con él durante muchos años y hemos estado trabajando algunos textos, pero los de A la orilla de los inocentes me han parecido sorprendentes.
RC. Primero que nada el proceso de escribir la letras me ha parecido algo divertido, como un reto que nació a partir de ideas y frases sueltas que empezaba a desarrollar acompañado de una libreta de la cual recuperé textos muy antiguos. Llevo unos dos o tres años con mierda interna que necesito soltar, y escribo sobre mí y las cosas que me suceden, cosas que siento pero que a nadie le importan… ¡hasta el momento! Pero ha sido muy enriquecedora la manera en que fueron saliendo las canciones. La combinación de letras nostálgicas y tristes con arreglos bonitos es mortalmente explosivo, para bien.
Es importante mencionar que el trabajo como productor de Ramón Gacias hace que lleguen a buen puerto los inocentes. ¿Lo ven ustedes de esta manera?
AS. Es importante mencionar que aparte de los compositores y esa conexión cósmica que tenemos para llegar a un sitio, estamos de acuerdo todos en eso: Ramón tiene la manera perfecta de mezclar 6 ingredientes. Todos aportamos para llegar a un fin común con el cual estamos muy a gusto. Eso no lo tienen muchas bandas.
QB. Ramón optimiza los sonidos y los recursos. Una opinión suya, para nosotros, vale oro.
¿Cuál es su sentir de presentar su disco en México?
RC. Si estuviéramos en Australia, Asia o Europa diría lo mismo: no hay mejor lugar para presentar A la orilla de los inocentes que México.
AS. Tenemos una relación especial con México, contamos con la fortuna colateral de haber venido muchísimo y hemos creado un vinculo personal y artístico. Relaciones con Carla Morrison, León Larregui, Siddhartha o Molotov. Hemos llegado a tener una familia, una escena, muy similar a la de España. Venir a México nos da luz. Es como nuestra plaza natural, sabemos que mucha gente nos quiere. Es como estar en casa, ya estamos curtidos, como se dice. Pero retomando, ahora traemos un disco nuestro; antes veníamos a otras cosas, a tocar para otros, a conocer, a viajar, a beber. Ahora venimos a traer nuestra música.
