Este reseñista apenas se encuentra fascinado en la lectura de Más brillante que el sol -incursiones en la ficción sónica-, escrito por Kodwo Eshun, que es un ensayo sobre el hip-hop de vanguardia y el afrofuturismo y que tiene un flow discursivo alucinante, cuando aparece un nuevo título de la editorial argentina Caja Negra que nos demanda conseguirlo a como dé lugar: Gritos de Neón: Cómo el drill, el trap y el bashment hicieron que la música sea novedosa otra vez.
TXT:: Juan Carlos Hidalgo
Desde el título mismo se desata la polémica y las ganas de leer el libro ya sea para estar de acuerdo o disentir con lo planteado por el británico Kit Mackintosh, quien ya desde el prólogo suelta un afilado anzuelo: “Deslúmbrate con los sonidos del próximo siglo… Un nuevo futuro espera para enloquecerte”.
En el centro de Gritos de Neón se encuentra una extensa reflexión acerca de la tecnología, ya que según el autor ha transformado incluso la naturaleza humana y que marcan con precisión el desarrollo de la creación: “Hoy se producen sonidos que literalmente no se habrían podido hacer con la tecnología del pasado”.
Es así como repasa el bashment, con el el jamaiquino Vybz Kartel como precursor, luego viaje con el trap arrancando desde el 2010 y al que considera: “un hijo bastardo del rap completamente demente” y también se detiene en la importancia del auto-tune en el panorama musical contemporáneo.
Una de las premisas de Gritos de Neón y que alimenta nuestras ansias de tenerlo en las manos es la siguiente: “los artistas ya no tienen que luchar por controlar a la tecnología, sino encarnarla, transitar junto a ella un camino de exploración que nos guíe por destinos infinitos y desconocidos”.
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