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Fobia: confiesan que han vivido

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Fobia: confiesan que han vivido
Ambulante 2024

Una entrevista con Fobia, desde sus orígenes de la banda hasta su celebración ‘Pastel’, 30 años de ser una de las agrupaciones más importantes de México 

por Arturo J. Flores

Con la modificación al código civil, publicada el 29 de diciembre de 2009 en la Gaceta del Distrito Federal, el matrimonio dejó de definirse como “la unión libre de un hombre y una mujer”, y empezó a reconocerse de forma igualitaria entre personas del mismo género.

Para los más jóvenes, el respeto a las preferencias sexuales de las personas podría ser tan natural como beber agua. Sin embargo, hubo un tiempo en el que ser homosexual estaba penado socialmente.

En 1991, Fobia lanzó el disco “Mundo feliz”, Cha! y Leonardo de Lozane tuvieron la ocurrencia de plantarse un beso en la boca, apenas uno de “pollito”, en el video de “El diablo”. Como si se tratara de Lucifer en personas, el grupo fue objeto de descalificaciones que a la distancia, casi tres décadas después, nos parecen irreales.

“Siempre ejercimos cierto activismo, si tú quieres de manera sutil y no como un golpe en la cara, sobre todo contra la homofobia. Muchos años, en Monterrey, se pensó que yo era gay por los comentarios que hacíamos. Si en una entrevista algún payasito de la radio se quería enterar de con quién nos acostábamos, no teníamos reparos en decir que éramos gays”, recuerda Iñaki.

Así de peculiar era Fobia.

NO ES NADA CONTRA JESÚS

Si bien la agrupación nunca manifestó, por lo menos en una primera lectura, su apoyo al movimiento zapatista en Chiapas a mediados de los 90, tampoco sería justo decir que las causas sociales les fueron indiferentes.

En sus canciones habitaba la crítica, pero encriptada en una especie de realismo mágico.

Su tercer álbum, “Leche” (1993), quizá el más incomprendido en su trayectoria, sólo un sencillo. “Los cibernoides”, una burla hacia las figuras de la televisión que, como cantaba Leonardo en el coro, “casi siempre están mamados”.

En tiempos en los que los youtubers acumulan miles de clics con un video en el que beben semen en un vaso, parecía mentira que la palabra “mamados” fuera suficiente para que Sony decidiera no lanzar otro corte promocional, el tema no sonara en radio más allá de dos o tres estaciones especializadas en rock, y el grupo liderado por Paco Huidrobo saboreara las agrias mieles de la censura a la que después su hermano Miky, enfrentaría con astucia en Molotov.

Para el guitarrista, empero, el beso de “El diablo” y el coro de “Los cibernoides” no representaban acciones conscientes de rebelión.

“Eran puras pendejadas”, reconoce. “Sucedieron justo cuando privaba una mentalidad oscurantista. Y en la actualidad, a partir de que regresó el PRI, se ha hecho más oscurantista. Definitivamente vamos para atrás. Si los dejamos ganar otra vez, no faltará el pendejo que llegue y nos quiera arrebatar los logros que hayamos conseguido en materia de libertad de expresión. Yo, por ejemplo, yo soy totalmente anti religión, o sea que estaré en serios problemas si el régimen se sigue poniendo autoritario”.

PUEDO RASCARME SOLO

Cuenta la leyenda que el microbito que desató la fobia tuvo lugar una noche de 1987, al sur de la Ciudad de México. A la salida de una fiesta en la que Alfonso André, Alejandro Marcovich y Saúl Hernández actuaron bajo el nombre de Las Insólitas Imágenes de Aurora, Leo quebró la llave de su automóvil.

Paco se ofreció a llevarlo. En el camino, platicaron acerca de la banda que habían escuchado en la fiesta y los grupos que cada uno escuchaba. Una cosa llevó a la otra y poco tiempo después se encontrarían ensayando junto a un compañero de escuela de Leo a quien apodaban El Cha!, igual que una de sus primeras bandas de rock. Paco había sido invitado a poner guitarras a unas canciones de un apasionado del arte llamado Gabriel Kuri, que después fue reclutado en las filas de lo que ya se identificaba como Fobia. El hermano de este último, José, pasó fugazmente por las filas de la naciente agrupación como segunda guitarra, pero estaba claro que Huidobro no pensaba compartir ese papel, ni el de compositor, letrista y maestro titiritero.

En el texto que acompaña la recién lanzada caja con la obra completa de Fobia en discos de discos LP, Raúl David (Rulo) se refiere al guitarrista como un “dictador benévolo”.

Al aludido no le molesta esa descripción: “Está demostrado que en el universo artístico, la democracia no es funcional. En el universo Fobia no sólo soy un dictador, sino que soy el centro de ese universo. Cuando estoy tocando, ensayando y grabando, no como, no duermo, no voy al baño ni tomo agua, y poca gente puede aguantarme ese ritmo”.

Incluso, añade, decidió no ensayar con el resto de la banda para los conciertos que este año servirán para celebrar 30 años de la existencia de Fobia. Una trayectoria no desprovista de desacuerdos, separaciones, reuniones y reemplazo de integrantes.

“Participaré en las últimas etapa de los ensayos, no necesito hacerlo, ¡imagínate cuántas veces he tocado esas canciones! Ellos son quienes no lo han hecho, necesitan mucha preparación y yo no quiero estarlos mosqueando, yo las toco a la primera. Soy un tipo muy neurótico. Por eso mejor los dejo que ellos hagan sus sonidos. Porque si no, me voy a estar metiendo en todo y ya no estamos para eso”.

NO TODOS SON VILLANOS QUERIÉNDOTE MATAR

Fobia lanzó su primer disco homónimo en 1990, poco más de tres años después de su formación. Después vino “Mundo feliz”, en el que además de “El diablo”, incluyó otros temas infaltable en los conciertos de la banda, como “El cerebro” y “Camila”.

Ambos álbumes tienen un sonido bastante aparejado, influido entonces por el new wave británico, aunque con una mexicanidad mucho más sutil que la que sutil que la exhibían colegas como Café Tacvba y Caifanes, quienes por aquellas fechas habían lanzado sus materiales “Café Tacvba” y “volumen II (conocido como “El diablito”), en el que las referencias nacionalistas eran mucho más explícitas.

Paco Huidrobo, como letrista y la banda en su conjunto, como músicos, apostaron mucho más a crear una personalidad que si bien refería a nuestro país, tampoco hacía nacionalismo exacerbado su bandera.

Iñaki recuerda: “La razón por la que entré al grupo fue porque yo tenía un sampler, algo que entonces no era común. Estudié etnomusicología en la Escuela Superior de Música y aunque tocaba el piano porque de niño tomé clases, mi idea nunca fue ser tecladista. Yo quería tocar la guitarra (puesto que sí ocupa en Moderatto). Pero Paco me invitó y lo primero que hice fueron unos arreglos que después se convertirían en El microbito y en La iguana. Así me quedé con la chamba. Éramos muy compatibles en el sentido del humor y las referencias musicales, así que simplemente nos poníamos a tocar y las cosas iban saliendo. A veces yo llegaba con arreglos muy mexicanos, no creas que no se me antojaba, pero los demás me decían: ‘no, Iñaki, aquí eso no’. Teníamos la idea de que el rock debería ser algo más introspectivo. Porque así eran las cosas que escuchábamos, como Pixies o Jane`s Adiction. Entonces no íbamos a llegar con canciones muy étnicas”.

Posteriormente vino “Leche”, en el exploraron texturas mucho más funky y hip hop, como “Perra policía”; baladas en tempos bajos, como “Miel del escorpión” y canciones bowiedianas al estilo “Regrésame a Júpiter”.

El álbum no tuvo la acogida comercial que su disquera esperaba, lo que sí sucedió con “Amor chiquito”, que acabó de asegurarle a Fobia una posición en el mainstream.

Pero en 1997, tras los coqueteos de la serpiente con Leonardo y su promesa de asegurarle una exitosa carrera como solista, conducta tradicional de los frontmen de los 90, la agrupación anunció su separación. Fue hasta 2004, tras el lanzamiento del recopilatorio “WOW 87-04”, que los “fobios”, como se les conoce de cariño, volvieron a verse las caras.

De esa primera reconciliación surgió “Rosa Venus” (un título que hace homenaje a los jaboncitos que tradicionalmente hay en los moteles), un disco publicado en 2005 que definitivamente rompió con la atmósfera mágico-cómica-sexual que había caracterizado los primeros temas.

Entre “Pepinillo marino” y “2 corazones”, existen dos o tres Pacos de distancia.

“Cuando escucho mis primeras canciones, me deja un poco perplejo lo complicado y fantasioso que era. Me sorprendo mucho de cosas que escribí cuando tenía 20 años, no porque sean muy complejas, sino porque son diferentes a lo que hago hoy. Aunque de alguna forma el Paco del pasado me sugiere que continúe por ese camino”

Lee la entrevista completa en nuestra versión impresa número 158
Foto de portada: Sony Music
Staff

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