#SangreDeMetal

Exodus: “¿qué tienen de malo los riffs?”

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Ambulante 2024

México y Exodus tienen una larga relación que conlleva varias anécdotas que contar. Las primeras dos veces que se presentaron en nuestro país fueron en 1989 y 1990 en un legendario bar de Tijuana que en la actualidad funciona como table dance, el Iguanas. Las crónicas de la época refieren que era un espacio visitado mayoritariamente por estadounidenses que encontraban en México que desde los 18 años de edad se consideraban adultos y podían beber, pero esa es otra historia. El punto es que Exodus tocó ahí dos veces antes de debutar en la Ciudad de México en el extinto Cine Ópera, en 1997.

Regresaron siete años más tarde con la gira del grandioso disco Tempo of the Damned y tocaron en el también extinto Hard Rock Live. Van cuatro conciertos en tres inmuebles que ya no existen, por si alguno llevaba la cuenta. Esa vez, Steve “Zetro” Souza abandonó la banda un día antes, pero igual vinieron con un reemplazo de último momento. “Si, Matt Harvey (Exhumed), hizo un trabajo espectacular, apenas tuvo 24 horas para aprenderse las canciones, estaba nervioso pero lo sacó adelante”, le contó Gary Holt a #SangreDeMetal en entrevista exclusiva. Después vivieron otras tres veces, dos de ellas en festivales, y regresan este sábado con disco nuevo (Persona Non Grata), al Circo Volador.

La banda está firmada por Nuclear Blast, sello que se caracteriza entre otras cosas por ofrecer una buena cantidad de alternativas en viniles de colores, y eso es algo que por lo menos a Holt no le desagrada. “Hay muchos coleccionistas que buscan novedades, a mí me gusta porque se ve muy chido con tantos colores disponibles, aunque la verdad es que yo ni siquiera tengo tornamesa; tenía, pero se la regalé a mi baterista porque él si escucha viniles todo el tiempo. A los fans les gusta ver las portadas en ese formato grande en lugar de lo digital en donde el arte de portada no existe, no tienes una hoja con las letras o notas sobre el disco así que a mi sí me gusta que aún haya cosas que se parezcan a lo que yo tuve cuando iba creciendo”.

Holt ya no es un adolescente. Tuvo sus años de fiesta, muchos según sus cuentas, pero los ha dejado atrás. “Siempre he sido bueno para concentrarme, pero ahora me concentro mucho mejor. Sé a que sabe el Jaggermeister o la cerveza, sé qué se siente estar crudo, pero ya tengo 58 años y quiero tener una carrera musical tan larga como sea posible y el primer paso para lograrlo era dejar el alcohol. Honestamente nunca había estado tan contento, no lo extraño ni tantito, es el clásico ‘ya pasé por ahí, ya lo hice’, bebía desde los 16 años, tengo bastante experiencia en ello y tengo claro que no es algo que necesite a estas alturas”.

Echarle flores a un músico no siempre sale bien, sobre todo porque la labor periodística no es de relación personal sino laboral, pero al preguntarle si se consideraba un guitarrista infravalorado y decirle que era realmente bueno, lo tomó con propiedad, sin mucho recato y con humor, como el grande que es: “Más bien creo que estoy sobrevalorado, jajaja. Muchas veces me dicen que soy el gran guitarrista pero carajo, apenas me sé unos cinco licks (patrones que crean una frase musical). Mike Ammott (Arch Enemy, ex Carcass): ese si es un gran guitarrista, pero creo que en lo que hago y dentro del tipo de música que toco sí soy bastante bueno. Gracias a ello me dan mucho crédito y me regalan guitarras y amplificadores y demás; y me siento muy afortunado porque también se que hay un millón de guitarristas antes de mí que son infravalorados, yo no creo ser uno de ellos”.

Alguna vez un reseñista se quejaba de que algunas canciones de la banda tenían demasiados riffs y eso evitaba que uno pudiera concentrarse. Suena a algo tonto pero había que conocer su percepción, y esto fue lo que dijo. “¿Qué tienen de malo los riffs? Además, la mitad de las canciones que escribo suelen tener no más de dos, “Blacklist” por ejemplo, toda la canción es un riff un coro y la parte del solo, es tan simple como puede ser una canción, “Braindead” es igual de sencilla, “Years of death and dying” es bastante simple, “R.E.M.F.” no es sencilla para tocar pero es simple en ese mismo sentido que las otras, pero el punto es que tengo miles de riffs. Y ahora voy a escribir más, es fácil hacerlo”.

Es Gary Holt, el corazón de Exodus que acepta que tras periodos largos de giras o de estar en el estudio, lo último que quiere es escuchar más metal: “cuando llego a casa escucho más bien la radio deportiva y cosas así, escucho juegos de beisbol”, sin que eso mitigue su impacto en la comunidad del rock extremo. Es una de las figuras clave en el thrash metal y su gira por México incluirá por primera vez cuatro ciudades: Guadalajara, Monterrey, CDMX y Tampico. “Nos encanta la idea de regresar y hacer fechas que no son festivales porque podemos tocar más. Aún no definimos el set list (la entrevista se realizó el 27 de octubre, hoy seguro ya lo tienen) pero habrá un poco de todo, como debe ser”. 

Auditorio BB