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Epileptics: “¿qué es más punk que ser reguetonero?”

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Epileptics: “¿qué es más punk que ser reguetonero?”
Ambulante 2024

Detrás del sonido de Epileptics se halla razorz, único sobreviviente del caos multidisciplinario y sonoro de una propuesta basada primordialmente en la creación de beats electrónicos programados y el uso computadoras. Usando como pretexto el lanzamiento de Moshi Moshi (Independiente, 2022), charlamos con el artífice de “Kleopatri”.

TXT :: Joel Rodríguez / FOT:: @sin.tropico

Moshi Moshi” es un track bastante directo, la letra se repite durante toda la canción y genera una sensación de vértigo.

La música hoy es muy “cumplidora”. Le falta peligro, valeverguismo y decadencia auténtica; beats duros para letras duras. Secuestramos el trap y lo hicimos lo más grotesco y ruidoso posible. Ese tema es un: estoy aquí y voy en contra de todos. “Malos” de plástico hay muchos, hablando de cosas que no han vivido. El odio y el poder de ver la deshonestidad en la música son los mejores catalizadores para hacer la diferencia.

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Háblame de Witchita (tu MC invitado), juntos lograron un buen contraste en cuestión de estilos y tonalidades.

Mi DJ en vivo. Le huía un poco a rapear y lo obligué a hacerlo. Yo sabía que tenía ese talento adentro; él no entendía su propio potencial. Por otro lado, SVGAWA, el co-productor, es ucraniano; uno de los mejores del mundo, puede hacer lo que sea. Era pandillero de morro, y en una pelea lo dejaron paralítico, ahora canaliza su hiperactividad en la computadora.

Algunos de los elementos más interesantes de tu propuesta radican en una producción que se alinea con la escena trap de Argentina y la cultura del mashup.

Mueva Records y el trap argentino me sacaron del estanco creativo y de una adicción de tres años. Eso junto al Skrillex post-dubstep, redefinieron ritmos y texturas. Ahora eso lo es todo, y menos es más, pero igual mucho del facherismo lírico por parte de Argentina… ¡Me meo en las letras de la mayoría de esos artistas! Sí, hay algo del mashup, pero más de DJ’s de Iztapalapa y Neza o de soundsystems de ragga y artistas con beats étnicos como M.I.A. y Buraka Som Sistema. Omar Varela (fundador de Mueva) me dijo que soy un productor en el que tiene interés.

En canciones como “Kleopatri”, que describe tu relación con las sustancias duras, hay rastros muy sutiles de música urbana, ¿es éste un parteaguas definitivo para adentrarte de lleno en estos ritmos?

La idea desde el inicio fue que todo se valiera. Adueñarse de lo que sonaba en el mainstream ahorita es la tirada. Los morros de 22 años para abajo adoran a Bizarrap, ¿por qué no tomar ese sonido y antagonizarlo totalmente? Yo odiaba el reggaetón cuando era adolescente y tocaba crust punk y black metal, pero ¿qué es más punk que ser regguetonero ahora? Busco hacer música urbana-anti artistas urbanos, anti dinero, anti facha. Lo que sea popular en el momento hay que descomponerlo e inyectarle esteroides, ir a los extremos.

También lanzaste “Nadia Comaneci” durante 2022, canción difícil de catalogar en general.

Es el manifiesto definitivo del proyecto hoy, ¡estoy harto de escuchar sobre culos y Gucci en las canciones! Es mi repudio hacia el materialismo asqueroso en la música. Hoy todos le juegan al sicario, les pasas una fusca y les tiembla la mano. Tomé mucho del Grime de U.K., el kuduro y la música de favela brasileña; 4 géneros diferentes en 2 minutos y medio. Me tomó 2 años terminarla, entonces estaba en meta y empeñaba mis cosas. Cuando no duermes cuatro días es difícil hasta prender la laptop. Recuperé mi compu del empeño dos minutos antes de que cerraran, casi pierdo todos mis archivos.

¿Cómo se dio la oportunidad de convertirte en acto soporte para The Prodigy y Crystal Castles?

Cuando Epileptcs era un dúo “Esoteric” reventó en Rusia, Ucrania y España. Humildemente digo que por allá, donde nos adoptaron, todavía es un himno raver. Llenamos seis shows e hicimos festivales (2017 y 2018), los morros nos esperaban en el aeroupuerto cuando acá nadie nos hacía caso, fui a dejar muchas copias de nuestro segundo EP (The Sun Hurts My Eyes), editado en Fikasound de Madrid, y creo que nunca lo escucharon. Irónicamente, entonces el único apoyo que recibimos vino de la gente del Plaza Condesa, con Crystal Castles y The Prodigy, más el warm up que les hice en Vive Latino. Quizá 200 personas llegaban a ir a vernos en nuestros shows solos acá.

Staff

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