Entrevistas

Daniel Noah Miller: “No siempre puedes confiar en ti mismo”

/
298,527
daniel-noah-miller-entrevista-disintegration-lewis-del-mar
Ambulante 2024

Sin duda 2024 es el año de mayor trascendencia en la carrera de Daniel Noah Miller, conocido por formar parte del dúo pop experimental Lewis Del Mar. El hecho en concreto que nos tiene aquí es su debut en solitario, Disintegration (Fader, 2024), un disco que, por su nombre, podría rememorar a una gran obra perteneciente al rock alternativo de finales de los años 80 con la que probablemente comparta rasgos de melancolía, pero de la que también se aleja dada la naturaleza de su origen y raíces.

La obra solista del nicaragüense–estadounidense se compone de 11 canciones manufacturadas y desarrolladas meticulosamente en conjunto con el productor Jack Hellenbeck (Haim), con quien más allá de mantener una rigurosa y fría relación músico–productor se desarrolló un nivel de confidencia determinante al momento de redondear una obra en la que también se incluyen sampleos y loops del trabajo de William Basisnki, músico vanguardista de Los Ángeles. Acá una conversación con el mismo Daniel.

Disintegration se siente tan íntima y personal como tu obra anterior, ¿qué motivó tu decisión de ir en solitario?

Tiene que ver con querer pasar tiempo con uno mismo, derivado del distanciamiento que experimenté con la pandemia. Pasaba mucho tiempo haciendo música solo, lo que estuvo bien, porque desde los 9 años de edad he tocado en bandas. Tenía curiosidad de ver qué podía hacer por mi cuenta.  Otro tema relevante es que si dependes de alguien más para hacer música te vuelves holgazán en ciertos aspectos; incrementar la presión y las expectativas en este punto de mi carrera me ayudó a convertirme en un mejor artista. Llevarme al límite de la situación me hizo darme cuenta de que tengo que mejorar ciertos aspectos. Voy por buen camino.

Vienes de una banda que goza de credibilidad, ¿llegaste a sentir temor por lo que la gente pensara sobre hacer algo por tu cuenta?

¡No, al contrario, es muy liberador y emocionante! Creo que esto me acerca más al tipo de experiencias con las que siempre me sentí atraído como artista. Hacer todo esto me ayudó a crecer de forma personal. Creo que en realidad me desafía en muchos sentidos y estoy seguro de que esto era lo que necesitaba hacer.

Hay mucha melancolía en el tono de ciertas canciones tuyas, siento que confrontaste de forma adecuada el proceso de maduración y aceptación natural de un compositor. 

Para mí, crecer es difícil. En realidad la música se puede quedar estancada con el paso del tiempo, pero uno cambia y tiene que interpretar esas canciones que ya tienen años en el repertorio. Ahora mismo mi energía está centrada en un periodo de transformación y no estoy vibrando del mismo modo con esas canciones viejas, por eso dejé que esa intención guiara el proceso. De hecho, es algo que buscaba desde hace tiempo, crear una permanencia artística.

El nombre del disco puede dejarse a una interpretación abierta, ¿qué es lo que se está desintegrando de forma personal o colectiva a tu alrededor?

Definitivamente el nombre del disco fue impulsado en gran medida por la erosión del tejido social que tenemos. Cada uno tiene su propia forma de ver e interpretar cómo todo se desmorona. Yo lo experimento desde el punto en el que todo cambia de forma constante. Es la idea principal.

Hacer la curaduría de un disco requiere de ciertas aperturas, ¿cómo lidiaste con el proceso de selección de canciones que quedan en el track list final de tu obra?

Ese proceso se da así porque me mantengo haciendo música. Hay que crear una conexión entre todo, pero con distintos discursos, lenguajes y emociones. Se trata de que se sienta que todo vive en el mismo mundo y respira el mismo aire. Realmente disfruto hacer discos porque reúno mis canciones favoritas, pero en cierto punto terminar un álbum se convierte en un asunto de acomodar todas las piezas en el lugar adecuado, sin que falte algo. Escucho todo tipo de música, creo que no estoy tratando de emular a alguien más.

¿De qué forma cambió la concepción del álbum, con la intervención de Jack Hellenbeck como productor?

Nos conocimos gracias a Topaz Jones, un amigo en común. Es una persona increíble y divertida, tiene una gran ética sobre la música. Coincidimos en un par de ocasiones sin la intención de trabajar, simplemente hablamos y nos dimos cuenta de lo mucho que tenemos en común sobre la industria y lo que tiene que cambiar. Se ganó toda mi confianza de forma muy sencilla.

Confío tanto en él, que me convenció de incluir “Agnesen el disco. Es una gran canción y Jack sabía que con ella íbamos a conseguir algo completamente distinto, pues complementaba de maravilla todo el proyecto; es una de las favoritas de los fans. Cuando creas ese nivel de confianza también te das cuenta de que hacer todo por tu cuenta te atora, no siempre puedes confiar en ti mismo, puedes escuchar una canción 100 veces y tu juicio siempre va a ser muy diferente. Resulta de mucha ayuda contar con un círculo pequeño de gente en la que puedas confiar, además de que así consigues llegar a lugares que jamás imaginaste.

Claro, solemos ser muy duros con nosotros mismos, obtener objetividad desde otro lado también ayuda.

¡Justo! Todos mis discos favoritos están hechos por varias personas, y siempre cuento con un gran equipo. Por ejemplo, The miseducation of Lauryn Hill (Ruffhouse / Columbia, 1998) tiene distintos autores en las canciones, eso tiene mucho sentido para mí. 

También hay muchas raíces caribeñas en tu disco…

Simplemente se dio. No podía sacar muchas conclusiones de lo que venía en camino, así que lo único seguro era tomar una guitarra para trabajar como solía hacerlo. La pandemia igual abrió el debate sobre el uso de la tecnología y muchos comenzaron a voltear a ver lo que hacíamos antes de incorporar tanta tecnología que, al final, nos ayudaba a disfrutar de forma distinta la vida. No quería estar atado a la computadora todo el tiempo.

El disco se vio bastante influenciado por el trabajo vanguardista de William Basinski, ¿qué es lo que más te intresa de su obra?

Cuando me canso de lidiar con aspectos tecnológicos y de streaming, dejo de escuchar música con voz durante mucho tiempo, de algún modo eso formateó mi mente y caí de nuevo en este proyecto de William que ya había escuchado hace como 10 años. Se creó una especie de conexión mental circular en la que experimentaba desde otro lugar lo que había escuchado en el pasado y que además tenía como 20 años de haberse grabado. 

Creo que la forma en que me influenció fue a través de la creación y uso de loops, básicamente reamplificamos distintas partes del álbum en una cinta, fue como crear capas y capas de contenido para cada canción, así fue como logramos conseguirlo con su influencia, tal vez creamos mi propia pared de sonido, de hecho, amo las paredes de sonido.

*También te puede interesar: Glass Spells: “Crecimos escuchando a Maná, Caifanes y Soda Stereo”

Joel Rodríguez

Joel Rodríguez

Es mercadólogo, periodista y baterista entregado totalmente a la cultura pop, el cine y la literatura (con especial debilidad por las biografías musicales). Colecciona vinilos, discos compactos, devedés y blurays. Su director favorito es Jim Jarmusch, su chela preferida es la estilo Pilsner y su mejor taco es el de pastor.

Auditorio BB