Los británicos Countless Skies han anunciado en colaboración con el sello estadounidense Willowtip Records que el 6 de noviembre estará disponible en formatos físicos (CD y vinil) su segundo larga duración, Glow. El cuarteto toca un Death Melódico Progresivo con tintes extremos que tiene todo para dar de qué hablar en años venideros. El primer sencillo promocional es “Summit”, un tema en el que a lo largo de seis minutos la banda da muestras de todos los sonidos que conforman su paleta musical, aunque al mismo tiempo se queda corto al mostrar de lo que es capaz la banda.
El disco de Countless Skies está lleno de pasajes cambiantes, momentos cercanos al Death clásico con asomos incluso de Black Metal, elementos acústicos, riffs potentes que van al grano y voces limpias que de pronto se conjugan con otras más crudas y viscerales. Sin embargo, y probablemente por cuestiones de espacio, de lógica mercadológica o simplemente porque así quisieron hacerlo, su punto más álgido en todo el disco es la tripleta que cierra el disco, “Glow” partes 1, 2 y 3, una compleja y hermosa pieza dividida en tres partes pero que musicalmente es más bien un solo viaje de poco más de 20 minutos que realmente muestra una identidad musical y una banda enorme en capacidad creativa. También deja patente que su inspiración pasa por bandas como Opeth, ya que alguno de los riffs es claramente un homenaje a los encabezados por Mikael Akerfeldt.
El único detalle que podría ser criticado es que el arte de la portada es demasiado similar al de Leviathan, el segundo larga duración de Mastodon. Como sea, la cantidad de colores es un buen símil de lo que se encuentra dentro una vez que se deja fluir el contenido musical. Cuando el mundo se recupere de la pandemia sería muy interesante verlos en vivo y descubrir qué tanto son capaces de reproducir en vivo los magníficos sonidos y matices que ofrecen en el disco. Si lo logran, sería una tragedia que no alcanzaran grandes alturas. Por lo pronto, la música ahí está para deleite de aquellos que no tienen problema en escuchar bandas cuya canción más corta dura 5 minutos. Es un disco de esos ideales para pasarse toda una tarde con los audífonos puestos y la paciencia dispuesta para descubrir todas las capas que hay en la música. ¡Altamente recomendable!
