La música es excelente… todo lo que uno quisiera recibir de esta vertiente, pero es muy fea la sensación de sentirse en territorio de un meme: ese que se refiere a “una banda rusa de post-punk”, aunque por fortuna lo que hacen City Of the Lost es post-rock y lo hacen muy bien; mejor no acordarse de ese gráfico burlón que termina siendo snob al burlarse (supuestamente) de los snobs.
TXT:: Juan Carlos Hidalgo
En cambio, quizá prefiera centrarme en el poderío de la portada de Lizard Sessions -su cuarto álbum-, que presenta una fotografía de un paisaje devastado; la imagen de una remota estación de radio en medio de la nada y por donde pasa un camino marcado por la polvareda -tal vez el mundo se ha ido ya a la mierda-; es de esos discos que atrapa por la portada y luego la experiencia compensa la apuesta.
City Of the Lost es un cuarteto moscovita que dice mucho al elegir un nombre en inglés y que reitera su discurso acerca de que su propuesta aborda la preocupación por los desastres causados por la mano del hombre y que nos llevan por un viaje que habrá de terminar en los post-apocalíptico.
Todo este periplo -que tiene ciertos tintes progresivos- se abre con la búsqueda de un “Passenger” y luego nos deja perplejos cuando nos topamos ante un “Monolith”; revisamos después la esencia de la “Humankind” y cerramos reflexionando con “Simulator” -uno de los mejores temas del disco-.
Lizard Sessions es un álbum para amantes del post-rock que adquiere su personalidad mediante los detalles de sintetizador, dado que es de esperarse que la guitarra esté muy bien -que lo está-; City Of the Lost entregan un disco en el que hacen patente la precisión e intensidad del post-rock ruso, algo que es una evidencia y un disfrute y que nada que tiene que ver con las ocurrencias humorísticas de los tiempos que corren.
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