Hace algunos años que padezco ansiedad y depresión, pero no fue sino hasta hace unos meses que me vi rebasado por ambos padecimientos y empecé a tomar medicamento y terapia. Esta condición mental tiene muchísimas aristas y éstas dependen de cada persona según entiendo. El escritor mexicano Mauricio Montiel, quien también padece depresión, dice no sin razón que alguien con esta enfermedad vive constantemente acechado por ella. Concuerdo.
TXT: Aldo Mejía
Basta con despertar –sin siquiera abrir los ojos- para tener esa sensación en el pecho o en la boca del estómago de que algo va mal, de que las cosas que parecían estar en orden la noche anterior no lo están más. Y levantarse de la cama puede tornarse en una batalla.
No, la música no me quita las sensaciones ni los pensamientos que sobrevienen, pero bien vale la pena echar mano de lo que sea que ofrezca un apoyo -que no un alivio, mucho menos una cura. Estas son cinco de las canciones que por distintas razones me han ayudado a no tirar un día por la borda al gastarlo postrado en cama.
Bobby Womack – Across 110th Street
Soy capaz de emocionarme al leer un párrafo fantástico de algún libro o cuando aparece una gran canción en el medio de la trama de una película. Soy fan cautivo del trabajo de Ridley Scott en la dirección de American Ganster (2007) por el modo en el que va escalando el protagonista del mismo modo que lo hace la historia en la pantalla.
Además, ese Nueva York y esta Ciudad de México no distan mucho de las situaciones que ofrecen. No voy a permitir quedarme en casa cuando afuera hay tantas historias esperando, quizá, por mí para ser contadas, desde el periodismo o la literatura, a mi manera.
Lykke Li – Deep End
Vaya, que hay días que no necesito otra cosa que un beat pegajoso, hermanado al pop, para moverme un poco y desperezar el cuerpo. He aprendido, no todo necesita un raciocinio más allá.
Childish Gambino – Bonfire
Sin embargo, otros días necesito contagiarme de la agresividad y de la exagerada confianza que tienen algunos raperos. Súmale, además, la base llena de bajos y esa introducción que para algunos es sinónimo de emergencia. Para mí de estar alerta.
Y salgo de casa erguido, indispuesto a aceptar comentarios de mierda que quieran echar por tierra lo que escribo, mi trabajo. Algunos podrán tildarme de mamón, pero en este negocio es más que necesario para no dejar que comentarios en los que te señalan de vendido o de que no sabes nada de cultura, te resten puntos emocionales.
Rod Stewart – Young Turks
Contrario a la idea que se ha romantizado de la depresión, tener ésta no significa estar triste todo el día mucho menos pasarlo llorando. A veces se manifiesta quitando toda sensación placentera o de emoción. No puedo permitirme eso, no a los 25 años.
Aunque la letra cuenta una historia muy diferente, a veces preciso el coro de esta canción; a Stewart cantando lo mucho de lo que alguien es capaz cuando es joven. Young hearts be free tonight, time is on your side.
The Guadaloops – Nunca es tarde
Desde que salió esta canción se ha convertido poco menos que en un himno para mí. La sinceridad que cargan los versos de Franco Genel y el contraste que tiene con la voz de Fermín. cobró mayor significado cuando en vivo metieron esa primera parte de Colibrí de Bicho Blanco.
He ido con cierta constancia a conciertos de los Guadaloops y en cada uno de ellos me he dejado la voz cuando la tocan. Como si no me aseguraran que va a haber una próxima vez.
No, ninguna canción tiene la capacidad de ayudarme contra la depresión y la ansiedad que sí poseen la terapia y algunos medicamentos. Pero nunca está de más un disco, un buen desayuno y abrazar a los que quieres cada mañana.
*Si estás pasando por una situación de esta naturaleza, no lo dudes ni un momento: busca ayuda profesional, y acércate a quienes les importas: amigos y familia.
