Primer álbum de la arpista y productora Nailah Hunter. El arpa al servicio de un ambient folk que nos funciona para el último jalón de la semana.
Hay una tendencia a enredar lo que se desconoce, a opinar gratuitamente. Los púlpitos personales lo permiten.
La británica de origen beliceño Nailah Hunter tras publicar singles y EPs saca a la luz su primer LP con la sencillez del respeto.
Lovegaze no pretende ser un trabajo de experimentación sesuda, ni aportar al ambient insospechados debates sobre sus esencias. Lovegaze suma las emociones sinceras y la capacidad multi instrumental de Hunter.
El disco no huye de lo convencional pero tiene en su producción electrónica, ambient y por momentos down tempo, un espacio cercano a lo celestial que inspira a Hunter.
Sus orígenes pastorales, su padre era pastor, le permitieron aprender a tocar la bateria, la guitarra, a cantar… y parece que no quiere perder ese ámbito de perfección celestial. Lo curioso es que el arpa le vino en un arrebato, algo en sí luciferino, que le mantuvo encerrada en su habitación hasta dominarla.
Tracks como Cloudbreath muestran lo atrevido sin pretensión, lo logrado sin intención, solo emociones en Lovegaze.
Para hacer Lovegaze, Hunter se mudó a una pequeña ciudad costera a lo largo del Canal de la Mancha, donde comenzó a grabar demos con un arpa celta prestada. Después de conocer a la productora londinense Cicely Goulder, Hunter regresó a Inglaterra un año después para seguir desarrollando las canciones.
