Lou Reed. Reedición póstuma con grabaciones de ambient drone del genio de NY, de quien se dice murió meditando, y de esto va Hudson River Wind Meditations.
Para asumir la inexistencia hay que haber existido hasta la extenuación. Solo hay un test final sin relación alguna con lo material sino con lo intangible.
Lou Reed fue muchas cosas, pero ante todo él mismo. Referente nocivo, estrella sin hits, ídolo sin masas. El genio del suburbio y los chic@s dios@s de las madrugadas, transmutado en Caroline, Jane, Candy, Suzzane… sin la menor intención de hacer normal lo marginal y su belleza exclusiva.
El músico y poeta se convirtió en los últimos años de su vida en un practicante usual del yoga y el Tai Chi.
Sale a la luz la reedición en vinilo del disco Hudson River Wind Meditations. Cuatro piezas, dos de media hora de duración, de ambient drone cíclico que Reed pretendía fuese su ruido de fondo vital.
Original del año 2006 cuenta en la portada con una foto del propio Reed. Fue el último trabajo en solitario del ex miembro de Velvet Underground.
“Primero compuse esta música para mí como complemento de la meditación, el Tai Chi y el trabajo corporal, y como música para tocar en el fondo de la vida, para reemplazar la cacofonía cotidiana con sonidos nuevos y ordenados de naturaleza impredecible“
Por ahí se leen injustificadas referencias a la obra Metal Machine del año 1975, como si Hudson River Wind Meditations explicará, justificará, la transgresión de aquel disco . Los normales llevan cinco décadas intentando comprenderlo.
La maquina de metal era penetrante. Curiosamente la paz espiritual de Lou también tenía un filo en su sonido de acero frío y brillante, solo para los que están dispuestos a morir descalzos.
