Nueva obra de Aus. Everis es tan delicada y ambiciosa como sus anteriores trabajos. Ambient y neo clásico para reinterpretar el mundo exterior.
Yasuhiko Fukuzono alias Aus vuelve a ponerse frente al mundo para capturar todo aquello que siente y contempla. En su proceso creativo no hay otro método más que a través de la sensibilidad, del mundo sensible, interpretar los fenómenos.
Para ello se ayuda de un inabarcable proceso de géneros musicales en los que la música electrónica apareja con firmeza la clásica, el folk japonés, el new age, el pop…
Con una pasión por redescubrir y reinventar la naturaleza misma de los sonidos que lo rodean, la inspiración se obtiene de todos los rincones de su mente: imágenes de películas capturadas; tropezó con palabras o conversaciones; sueños nómadas; recuerdos perdidos hace mucho tiempo; e indefinibles sentimientos interiores.
La ciudad es parte clave de su proceso de captura del exterior. El nacido en Tokio subyuga el caos sónico con su red de mariposas y lo hace un cuadro de colores pastel.
Su madre es maestra tanto de ikebana (el arte de los arreglos florales) como de shodō (caligrafía); dos búsquedas estéticas que requieren la misma atención a lo que está ahí y lo que no está. Con esta sensibilidad y una mirada de otros elementos que encienden su mente musical, la música mezclada con carisma e intriga sigue naturalmente.
El primer álbum fue Kangaroo Note del 2004, luego nueve discos hasta este décimo para el que hubo que esperar desde el 2009.
