En TikTok, la vida es un juego de simulación donde los límites entre lo real y lo ficticio se desdibujan. Recientemente, los creadores de contenido han adoptado la tendencia de los NPC o personajes no jugables, aquellos que son preprogramados en los videojuegos con acciones repetitivas y no pueden ser controlados por los jugadores. Esta nueva forma de entretenimiento ha generado una polémica tanto fascinante como preocupante en la plataforma pues los creadores pueden llegar a ganar hasta 7000 dólares en tres horas.
Una de las TikTokers más destacadas en esta tendencia es PinkyDoll, quien ha cautivado a la audiencia con sus transmisiones en vivo imitando a un NPC. Sus movimientos sin vida, sus frases repetitivas y acciones aleatorias, como calentar granos de palomitas de maíz con una plancha para el cabello, han capturado la atención de miles de seguidores. Pero lo más sorprendente es que PinkyDoll monetiza su contenido en grandes cantidades.
La función de regalos de TikTok Live permite a los usuarios enviar pequeñas monedas virtuales a los creadores durante las transmisiones en vivo, las cuales pueden ser canjeadas por dinero real (algo muy similar a lo que sucede en la plataforma Twich). Según informes, PinkyDoll ha logrado ganar entre 250 y 7000 dólares por cada transmisión. Sin embargo, este fenómeno va más allá de PinkyDoll, ya que otros creadores también han incursionado en las transmisiones de NPC en la plataforma, generando un amplio debate en la comunidad en línea.
Este estilo de transmisión reduce todo el juego de los streamers a su forma más básica, pues este nuevo fenómeno vislumbra una nueva forma de retener atención y generar ingresos sin ninguno de los artificios que otros usan: jugar un videojuego, comentar política, comedia, o simplemente charlar.
Esta nueva tendencia no está exenta de críticas. Algunos la consideran una forma de explotación, utilizando la atención de los espectadores en línea para obtener beneficios económicos. Además, el fenómeno de los NPC en TikTok ha despertado inquietudes sobre la deshumanización y la adicción a la dopamina que puede generar en los usuarios. Las transmisiones repetitivas, con movimientos predecibles, colores brillantes, sonidos pegadizos y beneficios esporádicos, activan las vías de recompensa dopaminérgicas y mantienen a la audiencia enganchada.
Aunque estas transmisiones en vivo de NPC han generado controversia, también reflejan una evolución en el panorama de los contenidos en línea. El género de cosplay NPC ya existía, pero ahora se ha llevado a otro nivel con la interactividad que ofrece TikTok. Esta nueva forma de entretenimiento, aunque desconcertante para algunos, demuestra cómo la tecnología y la creatividad se entrelazan para crear experiencias únicas en la era digital.
En última instancia, el fenómeno de los NPCs en TikTok plantea interrogantes sobre nuestra propia humanidad y las ansiedades que surgen ante la llegada de la inteligencia artificial. Aunque PinkyDoll y otros creadores de contenido no pretenden ser NPCs, la forma en que sus transmisiones evocan emociones y generan adicción es un recordatorio inquietante de cómo la tecnología puede impactar nuestra percepción de la realidad.
La tendencia de los NPC en TikTok es un fenómeno intrigante que combina creatividad, interacción y controversia. Mientras algunos se sumergen en este mundo simulado, otros cuestionan sus implicaciones éticas y psicológicas. ¿Hasta qué punto estamos dispuestos a ser parte de esta simulación?
