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Memoria Futura: Reminiscencia de Amorela por Carolina González

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Memoria Futura: Reminiscencia de Amorela por Carolina González
Ambulante 2024

Reminiscencia de Amorela, impreso en risografía por Estudio Mafia, narra la existencia de un grupo de cyborgs que se resisten la extensión y sobreviven en un mundo que ha terminado por colapsar. El fanzine se coloca en las coordenadas de la distopía de modo que los personajes deben adaptarse a condiciones precarias para subsistir y, de manera simultánea, cuestionarse, no sin encanto, aquello que determina su identidad. No obstante, la historia enfoca la atención en la posibilidad de encontrar, en la ruina y el despojo, en la pérdida y la disolución, un destello de verdad.

TXT: CAROLINA GONZÁLEZ ALVARADO

“Nos sentíamos cómodos en lo decadente. Aceptamos a este mundo en ruinas como nuestro hogar. Supimos armar los refugios más cálidos a partir de despojos”, narra la protagonista. Allí, en un mundo que se cae a pedazos y en el que la posibilidad de reconstrucción está anulada, los personajes encuentran un espacio para el amor y la calidez. De tal forma que la huida, perderse en un mapa que cuyas líneas se están borrando, se convierte en una forma de resistencia.

El mundo representado en esta historia no sólo está enfrentado la degradación y el abandono sino la paulatina imposibilidad de sus habitantes por conservar la memoria. Así pues, se promueve que los cyborgs realicen “copias de seguridad” para mantener esos recuerdos a salvo. Ante un mundo en el que todo ha perdido sus cimientos, los personajes protegen sus recuerdos como un anclaje para mantenerse de pie.

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Este tópico recuerda a uno de los temas que aborda el filme Ghost in the Shell (Momoru Oshii, 1995) en el cual, el cyborg es una entidad capaz de integrar mecanismos electrónicos, ensamblajes maquínicos y elementos externos que le permiten adaptarse a diversos entornos, en muchos casos, hostiles y violentos. Sin embargo, en el contexto tanto del fanzine como del filme, esta definición es limitada puesto que el cyborg funciona como una metáfora, como la imagen de una sociedad hipertecnológica donde la frontera entre “lo natural” y “lo artificial”, “la máquina” y “la carne”, está desdibujada.

En este sentido, lo que anteriormente era considerado como ajeno, en tanto artificial, en este contexto, forma parte de la realidad lo cual, lleva también al cuestionamiento sobre “lo natural” y “lo orgánico”. En Reminiscencia, el cyborg posee tanto partes tecnológicas, un intricado y bello cableado interno, así como elementos orgánicos, quizá humanos, como la piel. De tal forma que el cyborg funciona como una figura límite, como un ser metafórico, que nos hace replantearnos sobre lo natural y lo artificial y, sobre todo, sobre aquello que nos define y otorga identidad.

El cuestionamiento que se plantea en Reminiscencia radica significativamente en la memoria: ¿Cuáles son las consecuencias de perder la capacidad de rememorar? ¿Qué ocurre cuando nuestro cuerpo es incapaz de acceder a sus recuerdos? ¿Qué sucede cuando ha sido la carne la que ha absorbido el metal?

En tanto la frontera entre lo natural y lo artificial está trastocada, la existencia de los personajes está más allá de su cuerpo material, más allá de un cuerpo mecánico que posee también elementos orgánicos. Así pues, la historia no se obstina en permitir que los personajes dejen huellas de sí mismos para con ello, perpetuar su existencia, por el contrario, propone que, en la renuncia, en la pérdida, se oculta algo valioso.

Resulta interesante que la obra nos hace discutir también sobre la noción de trascendencia y ese impulso por aferrarse a una vida cuya naturaleza es intrínsecamente efímera. En este sentido, Reminiscencia trasciende el planteamiento básico de la existencia por medio del cuerpo físico para cuestionar de qué parte de nuestro cuerpo podríamos desprendernos sin dejar de ser lo que somos, es decir, ¿está nuestra identidad, nuestro ser en nuestro cuerpo y los vestigios de la memoria están albergados en él, como el depositario de nuestra identidad?

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Ante la desaparición del límite entre humano y máquina, el cyborg funciona como un ser cuya identidad es también fluida y que, como su condición existencial, se encuentra en constante tránsito. En este sentido, la pérdida de la memoria se convierte un proceso que forma parte de la constante transformación a la que la propia identidad está sometida. Así pues, la condición mutable del cyborg, se entrelaza con la noción móvil de la memoria.

Lo anterior, nos lleva también a revisitar la forma en que entendemos el recuerdo. En buena medida, la memoria funciona a partir de la evocación, de escuchar el eco de un evento ya sucedido. Sin embargo, el color y el tono de éste variará en función de cuál es camino que transitamos para recordar. Como si siguiéramos el cableado de un circuito para encontrar la fuente de poder, rastreamos el recuerdo para proyectarlo en el presente.

En Reminiscencia ocurre algo peculiar, “es como si…los cables hubiesen sido devorados por tu cuerpo”, informa uno de los personajes a la protagonista. Ante la imposibilidad de llevar a cabo el tránsito para acceder a sus memorias almacenadas, pese al quiebre que esto implica, ella descubre la sugerencia de un rumor, en el que el olvido funciona como una gracia, de modo que la ausencia no es la anulación del ser, sino un replanteamiento, una forma distinta de existir.

Por ello, como consecuencia de la técnica de impresión de este fanzine, las imágenes no tienen un registro exacto lo cual, le otorga textura y una paleta de colores que dialoga directamente con el tono de la historia, de modo que, son las reminiscencias de tinta las que construyen la imagen.

En El orden de la memoria Jacques Le Golff define la memoria “[…] como la capacidad de observar determinadas informaciones que remiten a todo un complejo de funciones psíquicas, con el auxilio de las cuales el hombre está en condiciones de actualizar impresiones o informaciones pasadas, que él imagina como pasadas” (Le Golff 131). Bajo esta perspectiva, estos datos condicionan las decisiones, comportamiento y finalmente, la identidad del sujeto. De tal forma que al ser modificados o, en su caso, anulados, se transforma también su conducta.   

Pensemos en el recolector de basura, en Ghost in the Shell, quien cree tener una hija que, de hecho, no existe. O bien, en el delincuente que realiza las tareas impuestas por el Puppet Master. Los recuerdos implantados son simulacros de lo real. Ambos no son conscientes de sí mismos y operan por estímulos impuestos, por fantasías externas. Un caso adicional es Rachel, personaje del filme Blade runner (Riddley Scott, 1982), quien toca el piano y, en sus palabras, “recuerda haber tomado lecciones, pero no sabía que podía tocar”.

Ante la incapacidad de recordar, de reconstruir el pasado, el recolector de basura rompe en llanto y el delincuente permanece en silencio. Esa incapacidad de articular palabra, de crear un lenguaje para asociar la realidad con la consciencia, perturba al individuo. Frente a la ausencia, frente a la incapacidad de rastrear el origen del recuerdo, ambos se anulan como sujetos conscientes y autónomos.

Si la distopía respondió al temor y los límites de lo posible en estas narrativas, Reminiscencia nos habla de un futuro que se siente cada vez más como un presente. Un mundo donde la tecnología torna visible lo subyacente y aquello que la genera es evidente.

En este fanzine, la memoria es el resultado de un proceso de almacenamiento y conservación, pero, este proceso puede también atrofiarse lo cual, si bien implica una pérdida, asimismo permite la disolución y posterior articulación de un nuevo ser. “Descubrí que el destello era quizá el lugar más seguro para que habiten mis memorias. Y hay algo valioso que permanece en la pérdida. La pérdida es un regalo”, menciona la protagonista hacia el final de la historia. Ese fugaz resplandor funciona entonces como el símbolo de un recuerdo impreciso, como la pieza de un mosaico más grande, ese detalle a penas visible a través del cual, pese a todo, aún podemos recordar.

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Estudio Mafia

Oscar G. Hernández

Oscar G. Hernández

Hurgando y exhibiendo la médula de la narrativa gráfica, venga de dónde venga, sigue creyendo que lo único que salva a este pinche mundo pandémico es la cultura y el arte; el amor qué. Entre otras cosas, escribe sobre dibujos que hablan y mucho más.

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